El fondo buitre Aurelius Capital Magnament le pidió al juez neoyorquino Thomas Griesa que bloquee los pagos del título Bonar 2024 y de toda la deuda en moneda extranjera de la Argentina.

Para este fondo especulativo, todos los que intervinieron directa o indirectamente en la colocación y comercialización del Bonar 24 son cómplices del desacato argentino, incluyendo a los compradores del título en abril pasado.

Griesa autorizó el viernes último a NML Capital, de Paul Singer, a aportar pruebas para probar que los bonos Bonar 24 son deuda externa y podrían ser embargables, en el contexto del
conflicto judicial por el pasivo en default de la Argentina.

Ese concepto es rechazado por el Gobierno de Cristina Kirchner, que argumenta que la emisión del Bonar 24, colocada en abril, se realizó en el mercado local y bajo legislación argentina, por lo que no es embargable por la justicia extranjera.

Tras la última decisión de Griesa, Aurelius presentó al magistrado un escrito de 96 páginas en el que pide ampliar la orden que impide al país efectuar pagos regulares de deuda sin un
previo pago a los holdouts.

Solicitó en ese sentido incluir en la restricción al Bonar 2024 y «Otras existentes y futuras deudas externas de Argentina», dice el escrito que llegó a los tribunales de Nueva York de parte de uno de los fondos buitre con mayor tenencia de bonos argentinos.

Aurelius considera que los bonos emitidos bajo legislación argentina pero en moneda extranjera constituyen deuda externa y, por lo tanto, son pasibles de ser embargados o al menos bloqueados por Griesa.

Para los holdouts, los bonos se ofrecieron en el exterior y fueron comprados por inversores del extranjero, por lo que son deuda externa.

«Cualquier pago de deuda externa que no contemple un pago prorrata constituye una violación del acuerdo de trato igualitario», indicaron los holdouts, a través del abogado Edward Friedman, del estudio Friedman, Kaplan, Seiler y Adelman.

Aurelius retoma distintas pruebas que ya había presentado al juez el fondo NML para respaldar esa posición y hace hincapié en declaraciones públicas del ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli.

Los funcionario argentinos habían destacado que el grueso de la última emisión de Bonar 2024, el 22 de abril pasado, fue suscripta por inversores del exterior, por lo que el fondo buitre lo vio como deuda externa.

También pidió el fondo especulativo a Griesa que investigue a los bancos Deutsche y BBVA Francés, a los que ya solicitó acciones de discovery, por entender que ofrecieron los bonos Bonar 2024 a inversores extranjeros, a pesar de que Griesa había ordenado a entidades financieras no colaborar con Argentina en acciones que, según el magistrado, violan sus órdenes previas.

En marzo, Griesa consideró que los bonos Par y Discount en dólares pero emitidos bajo legislación local, que formaron parte de los canjes 2005 y 2010, son deuda externa y, por lo tanto, están sujetos a su sentencia.

Ese es el antecedente con el que cuentan Aurelius y NML Capital, entre otros demandantes, para avanzar ahora sobre el resto de la deuda en divisa pero emitido bajo las normas
argentinas.