La Cámara de Diputados bonaerense aprobó este jueves el Proyecto de Ley impulsado por los diputados Lisandro Bonelli y Ricardo Lissalde que prohíbe la administración de farmacias en manos de sociedades anónimas. Al respecto, el diputado provincial Lisandro Bonelli aseguró: “Dimos el primer paso para poner un freno definitivo a Farmacity”.

El Proyecto de Ley elaborado por los legisladores declara “taxativo” el artículo 14 de la ley 10.606 que establece quiénes pueden ser titulares de farmacias en la provincia de Buenos Aires y excluye las Sociedades Anónimas, formato adoptado por Farmacity.

“Dimos el primer paso para poner un freno definitivo a Farmacity, aún queda una instancia más que es la Cámara de Senadores y si todo va bien, rogar para que la gobernadora Vidal no vete el proyecto”, destacó Bonelli.

Tras la sesión, el legislador manifestó: “Fue impresionante la cantidad de farmacéuticos que se acercaron a la Legislatura. Los diputados demostramos que trabajamos cara a cara con los farmacéuticos y no desde las sombras como hace Cambiemos. Es momento que Vidal diga qué piensa, que dé una respuesta a los cientos de farmacéuticos que se expresaron hoy en distintos puntos de la Provincia”, completó Bonelli.

Por su parte, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos bonaerense, María Isabel Reinoso, aseguró que “los Farmacéuticos y los alumnos de la carrera de Farmacia vamos a seguir defendiendo nuestro lugar, porque representa nuestro futuro y el de muchas familias que trabajamos honestamente todos los días”.

Y añadió: “Con esta discusión, se debaten dos modelos: si la provincia va a tener un modelo sanitario o si va a imperar el modelo de mercado”, continuó Reinoso y finalizó: “Cuando estas cadenas irrumpen, la farmacia se convierte en un mercado en el que se vende cualquier cosa y se desvirtúa el acceso al medicamento”.

De este modo, desde el Frente Renovador se pide que se respete taxativamente la Ley, que plantea las condiciones para la instalación de farmacias (que no incluye sociedades anónimas) y garantiza una distribución equitativa de farmacias en el territorio, al menos una farmacia por barrio. Además, exige el acceso universal a los medicamentos, convencidos de que si entra una gran cadena a manejar el tema de los medicamentos, los precios se van a disparar aún más.