El magnate británico Joe Lewis, de 86 años, amigo del ex presidente Mauricio Macri, ex propietario del Tottenham Hotspur de la Premier League y dueño de una estancia en Lago Escondido, se declaró culpable en un caso de «uso sistemático de información privilegiada» ante un tribunal federal de Estados Unidos. Lewis está acusado del uso de información privilegiada para su propio beneficio y enfrenta una pena de prisión de entre 5 y 20 años.

Lewis fue acusado por los fiscales, en un esquema que calificaron como «descarado», de proporcionar durante años información confidencial a sus empleados,  incluidos sus choferes privados, y a sus amantes, entre los años 2013 y 2021, acciones que le reportaron ganancias por millones de dólares.

El magnate fue acusado hace seis meses por la justicia de Nueva York e incluso pasó algunas horas en la cárcel. Si bien en un principio se declaró inocente, al tiempo que su abogado aseguró que todo se trataba de un «error atroz», ahora admitió su culpabilidad y participación en una audiencia presidida por la jueza Jessica Clarke.

Cabe señalar que fue inculpado hace seis meses por la justicia neoyorquina, Lewis se declaró inocente y su abogado calificó las acusaciones de «error atroz». En este contexto, una de las empresas de Lewis fue condenada a pagar 50 millones de dólares en multas a raíz de una declaración realizada ante un juez estadounidense.

La sentencia del multimillonario aún no tiene fecha, pero se enfrenta a penas de hasta cinco años de prisión por conspiración para cometer fraude de valores y hasta 20 años de prisión por cada uno de los dos cargos de fraude de valores.

El arrepentimiento de un magnate

Durante la audiencia, Joe Lewis expresó su arrepentimiento y declaró que «mientras poseía información material no pública sobre ciertas empresas que cotizan en bolsa, acepté hacer recomendaciones». «Sabía en ese momento que lo que estaba haciendo estaba mal y estoy muy avergonzado».

Los consejos bursátiles proporcionados por Lewis incluían información confidencial sobre resultados próximos de pruebas favorables para empresas bioquímicas, según los fiscales.

«En múltiples ocasiones en el transcurso de varios años, Lewis utilizó y se apropió indebidamente de esta información confidencial para ofrecer consejos sobre acciones a varias personas en su vida, incluidos sus empleados, parejas románticas y amigos, como una forma de proporcionarles compensaciones y regalos», dijo el fiscal estadounidense del Distrito Sur de Nueva York en un comunicado. «Estos individuos, a su vez, comerciaron con los consejos proporcionados por Lewis para obtener vastos beneficios personales», precisó.

Lewis, con una fortuna de 6.200 millones de dólares, según Forbes, se construyó su reputación como especulador de divisas en los años 1980 y principios de 1990.

Los fiscales detallaron que el multimillonario utilizó información confidencial sobre resultados de pruebas favorables para empresas bioquímicas en sus consejos bursátiles. Estos consejos fueron dirigidos no solo a empleados, sino también a parejas románticas y amigos, quienes, a su vez, realizaron transacciones bursátiles para obtener beneficios personales.

Un ejemplo citado durante el proceso fue un hecho ocurrido en 2019, cuando Lewis prestó a sus chóferes la suma de 500.000 dólares a cada uno para comprar acciones de Mirati Therapeutics antes de la publicación de resultados clínicos. Uno de los choferes, según los fiscales, incluso mencionó en un mensaje que «el jefe tiene información privilegiada».

La empresa de Joe Lewis también enfrenta consecuencias legales, con una condena a pagar 50 millones de dólares en multas debido a una declaración realizada ante un tribunal estadounidense. Con una fortuna estimada en 6.200 millones de dólares según Forbes, Joe Lewis, conocido por su éxito como especulador de divisas en los años 80 y 90, cedió oficialmente el control del Tottenham Hotspur el año pasado, pasando su participación a un fideicomiso familiar, según registros financieros británicos.

En nuestro país, el magnate está acusado de apropiarse de 12.000 hectáreas en la Patagonia, incluyendo una residencia que impide el acceso libre a Lago Escondido, a 50 kilómetros de El Bolsón, en Río Negro. Una causa vinculada a esa estancia es la que investiga el viaje que realizaron allí en la misma fecha jueces, funcionarios porteños y empresarios del Grupo Clarín.