Las consecuencias económicas del parate generado por la pandemia se evalúan a todo momento. La incertidumbre por una situación excepcional que muta a diario imposibilitan las conclusiones precisas sobre el escenario venidero, pero algo está claro: el PBI caerá -también- a niveles excepcionales.

La crisis de este 2020 podría superar la caída de 2002, ya que -aún contemplando una pronta reactivación económica- hay sectores que caerán alrededor de 30 por ciento. A medida que se extiende la cuarentena se profundizan las demandas y la asistencia estatal para responder a las mismas está limitada por los recursos con los cuenta el Estado.

Apostando a un panorama en el que no hay default, el PBI caerá alrededor de 10,5 por ciento. La economía cuenta con menores ingresos para consumo y empresas con capacidad de producción reducida por los faltantes de insumos y demanda. Desde los sectores vinculados a restaurantes, hoteles y transporte creen que deberán esperar hasta fin de año para ver alguna mejora.

Estos últimos nombrados tendrán una caída de 30,9 por ciento y representan el 1,5 del PBI. Además, emplea a 1,5 millones de personas de manera directa. Estas actividades retornarán de a poco, por turnos y con horarios reducidos, lo que ralentizará cualquier repunte.

La construcción explica el 6,5 por ciento del PBI y sufre una baja de 16,8 por ciento anual en la producción. Hay que tener en cuenta que la actividad venía retrayéndose en los primeros meses del año. La obra pública asoma como una de las pocas esperanzas del sector para empujar la reactivación.

Otro de los rubros que cayó debido al parate fue el comercio. Aunque la economía vuelva a un funcionamiento habitual, las ventas de indumentaria, calzados, bazares, bijouteria, muebles y artículos deportivos, entre otros, se mantendrán bajas durante varios meses. Fin de año puede ofrecer una recuperación abrupta, pero dejaría igualmente una baja anual de 15,2 por ciento en un sector que explica el 13,5 del Producto Bruto Interno.

Un 6,9 por ciento es lo que se espera que caiga la industria, teniendo en cuenta que en julio estará operando casi plenamente. El escenario internacional será un factor clave respecto a las importaciones y exportaciones del sector.

En actividades de servicios comunitarias, sociales y empresariales influirá la extensión de la prohibición para realizar eventos. La economía argentina sentirá el golpe como tantas otras del mundo.

Las disposiciones sanitarias lograron hasta el momento salvar miles de vidas. El aislamiento social preventivo y obligatorio tiene resultados cuantificables que son destacados por la propia OMS. El costo económico de estas medidas es alto y también requiere una actuación rápida y certera de parte de los funcionarios.

Gráfico elaborado por Ámbito Financiero