Por Alejandro Maidana

Bajo un contexto asfixiante en lo económico que sigue teniendo al proceso inflacionario haciendo las veces de jinete del apocalipsis, la discusión dentro política dentro del frente que gobierna tanto la provincia como la nación, viene recrudeciéndose con el único fin de encontrar el rumbo que permita cobijar la dignidad vulnerada de las mayorías.

En un contexto inflacionario global, y la pedregosa salida de una pandemia que lejos estuvo de volvernos mejores, la inequitativa redistribución de la riqueza sigue siendo el disparador de un debate que se centra en la amplificación de rancias metodologías que solo han logrado exacerbar, los tentáculos de un poder real cada día más fortalecido. No hay más tiempo, es hora de que el tan mentado crecimiento, se transforme en una real redistribución de las riquezas que pueda encaminar el destino de los sectores menos favorecidos.

Bajo ese cuadro de realidad, y mientras el discurso antipolítico y reaccionario se fortalece, quienes no se resignan a perecer bajo el yugo de la agenda de los poderes fáctico, alzan su voz en la imperiosa búsqueda de una brújula que pueda allanar el camino para un 2023 que se aproxima. Por ello el diputado provincial Leandro Busatto dialogó con Conclusión con la intención de realizar un balance de la gestión provincial y nacional. “La gestión ha tenido algunas características muy particulares, una gestión sin lugar a dudas atravesada por la pandemia, y también por el retorno de una fuerza política que ha estado doce años afuera del poder provincial, y que de alguna manera debió enfrentar un gobierno casi sin transición y con las complicaciones lógicas de gestionar bajo una crisis sanitaria. A esto hay que sumarle dos situaciones que no hemos podido resolver, y que están ligadas a la seguridad y a la narcocriminalidad”, indicó el legislador santafesino.

A la hora de utilizar la balanza política para desmenuzar la gestión del gobernador Omar Perotti en la provincia, el diputado fue sumamente explícito. “Como toda gestión ha tenido buenas y malas, dentro de las primeras se destaca la obra pública con características bien federales, ya que todos los departamentos de la provincia tienen alguna obra pública que intenta corregir las asimetrías que naturalmente se presentan en Santa Fe. Obras públicas transversales, rutas, caminos y una creciente reactivación ferroviaria, sumado a los acueductos de Córdoba y Santa Fe, Tostado, gasoductos y obras importantes que refieren a la cotidianeidad de santafesinos y santafesinas. A lo mencionado debemos sumarle la reactivación industrial, esta provincia encabeza la misma, activaciones contra cíclicas que han colaborado en el consumo como Billetera Santa Fe y reivindicaciones históricas como el boleto estudiantil gratuito. En definitiva, la gestión ha avanzado en la recomposición del tejido social en una época muy difícil”.

Como asignaturas pendientes, Busatto destacó la importancia de poder contar con un estado mas empático y más próximo a la ciudadanía, y allí la problemática en materia de seguridad cobró notoriedad. “La salida de Marcelo Saín ha significado un retroceso, ya que el planteaba una restructuración profunda de la policía basada en tres leyes, una con anclaje en la seguridad pública, una ley de personal policial y una de control, que permitieran una restructuración después de 45 años para así poder afrontar un problema moderna con estrategias modernas. Lamentablemente eso no se logró, pero, además, la salida de el me da la impresión que significó la claudicación de la política en la conducción de la seguridad, y el retorno a la conducción de los propios cuadros de la seguridad, por parte de la propia policía, o lo que llamamos comúnmente autogobierno policial. También considero que falta vincularse con algunos sectores el trabajo, fundamentalmente relacionados a la salud y la educación, para generar la idea que los trabajadores son parte del estado en materia central, no solo a la hora de discutir paritarias y condiciones de trabajo, sino también a la hora de construir comunidad después de una pandemia muy importante. Quiero hacer hincapié en algunas cuestiones muy importantes, una tiene que ver con la prevención comunitaria de la seguridad, mayor recomposición del tejido social en los clubes, en la doble escolaridad, en el trabajo de las organizaciones libres del pueblo, en definitiva, con estas altas y bajas e ingresando en los últimos 18 meses de gestión, el peronismo debe hacer un enorme esfuerzo, primero para recomponer puertas adentro un proyecto de provincia que nos permita tratar de volver a gobernar el 2023 y llevar el estado mucho mas cerca de la ciudadanía, y segundo buscar un acercamiento programático con otros sectores que no vienen del peronismo pero que compartan las causas populares o progresistas”, enfatizó.

En la provincia se está gestando un laboratorio de ensayo que oficia de anticipo de lo que puede suceder en la nación. Una alianza de centro derecha que comparte la idea de desplazar al peronismo del gobierno. “Estas alianzas solo persiguen terminar con el ideario de la sociedad argentina de los últimos 75 años, la movilidad social ascendente a partir de la salud y la educación pública, las paritarias y el sistema jubilatorio solidario, en definitiva, volver a un estado preperonista. Esta es una situación que debe empujarnos a tomar nota y permitir el ingreso a la discusión de otros sectores con los que podemos tener diferencias metodológicas, pero que compartimos los mismos valores. Los dispositivos electorales son herramientas coyunturales que de alguna manera reflejan fotos y momentos, en el 2019 el Frente de Todos se conformó para ponerle un freno a las políticas neoliberales de Macri, y para poder volver a gobernar a la Argentina en un dispositivo que permitiese confluir todas las corrientes en una candidatura, en este caso en las figuras de Omar Perotti o de Alberto Fernández, que no permitiesen que existan fisuras internas en torno a las candidaturas. Cuatro años después, la situación es diametralmente opuesta, permitir tantas líneas internas como candidaturas para oxigenar ese frente y poder discutir así, el rumbo de la coalición.  Es preciso en este país, vivir la actualidad coalicionista con mucha mas apertura, integrar una coalición de gobierno implica que uno pueda discutir y tener visiones disimiles con respecto a distintos temas, pero pudiendo coordinar 4 o 5 puntos programáticos en donde poder avanzar. En ese contexto el peronismo para el 2023 debe tener una versión de apertura y participación masiva, considero que deberá existir una interna virtuosa que permita discutir propuestas y que sea la gente la que elija que expresión la identifica”, enfatizó el diputado justicialista.

La discusión sobre la productividad en una provincia que concentra el 60% de sus tierras en solo el 0,06% de la población, y la imperiosa necesidad de avanzar decididamente y sin medias tintas hacia una política redistributiva a nivel nacional, funcionan como pilares para poder pensar en un 2023 que cobije el mismo signo político. “Es válido que el gobierno encuentre un freno en los factores de poder, lo que no debe permitirse, es que el gobierno encuentre un freno en sus propias decisiones. Que te frenen de afuera porque el poder no quiere que avances, es un problema que la política tiene que resolver discutiendo de cara a la sociedad, el problema es que no podés avanzar con medidas que no van a solucionarle la cotidianeidad a la base electoral que te apoyó. Es muy difícil contentar a todo el mundo cuando uno gobierna, pero lo que no podemos perder de vista en el peronismo es que no podemos abandonar a los desposeídos y a los trabajadores, claramente a los sectores más vulnerados que necesitan de la protección del estado. Debemos asumir que somos un país con modelo de economía capitalista, y en ningún lugar del mundo el capitalismo infiere que las reglas del juego no sean claras, y en ningún lado incluso en los primeros países, el sistema tributario es inequitativo, todo lo contrario. En el mundo tributan más quiénes tienen más, en Argentina parece ser al revés, se es capitalista para ganar, pero se quiere ser socialista o comunista para perder o para pagar. Por ello hí hay que dar una discusión en serio con respecto a la distribución de la tierra y en un momento crucial como significó salir de esta pandemia, la misma demostró que la vida en este país es inviable debido a la gran concentración de personas en las grandes metrópolis sin acceso a una vida digna, apostar a poblar nuevamente la ruralidad, es apostar a un norte con más gente y posibilidades, pero para eso debemos apostar a un proceso de redistribución, hacer que paguen mas los que tienen más, y los que tienen menos, que consecuentemente paguen menos. A esto nosotros lo hemos planteado, en Santa Fe el 90% de los propietarios productores tengan una rebaja en los impuestos inmobiliarios rurales, a razón de que estos generen chacras mixtas, es una muy buena noticia. Esto nos permitiría volver a poblar el campo, romper con el paradigma del monocultivo, esto también es interpelar a algunos sectores. Yo me banco todo, lo que no e banco es que me digan una cosa que no es”.

Para concluir, se impuso una pregunta que recibió una respuesta tajante: ¿qué tiene que pasar en materia económica para poder conservar el poder político tanto en provincia como en nación? “Tenemos que repuntar la gestión con más decisión política, tratando de que el modelo argentino que sigue mostrando buenos números en la macroeconomía, en la recuperación de la producción y el trabajo, tenga mayor ahínco en la redistribución del ingreso. No puede existir un modelo económico virtuoso, sin una sin una buena redistribución del ingreso, y me parece que esto sigue siendo la deuda más importante».