Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires

El inicio de las negociaciones paritarias reactualizó la discusión sobre la relación entre los salarios y la inflación. El debate de la ciencia económica cobra importancia ya que se omite en muchos casos maliciosamente dejar de lado un factor de gravitatorio como lo es la ganancia empresarial, que se realiza para defender o elevar ese nivel de ganancia que se produce luego el ajuste de precios.

Esta «omisión» vuelca la atención ex profeso a discutir la traslación de las recomposiciones salariales a los precios. En esta suerte de simplificación que obliga a pensar en un mecanismo automático deja de lado la intención empresarial, que inmediatamente puede decidir cual sera el margen de ganancia sobre un bien. Por oposición a esta facultad, los trabajadores se ven constreñidos a plantear negociaciones o acudir al conflicto a través de movilizaciones o paros para lograr el objetivo.

He aquí lo que comúnmente denominamos puja distributiva, para esclarecer el tema el doctor Hector Giuliano, explicó en un escrito de su autoría explicó que «los aumentos de los Salarios no son la causa sino la consecuencia de la Inflación».

En el trabajo presentado con el título Inflación, Salarios reales y Deuda Pública, el catedrático expone que los sindicatos «no reclaman incrementos de sueldos con fines de lucro ni de sobre-mejoras sino tratan sólo de recuperar la pérdida de poder adquisitivo que la Inflación conlleva».

Así las cosas, Giuliano interroga:

¿Quién genera el aumento de los precios en el Mercado y bajo qué mecanismo lo hace?

En lo concreto e inmediato, la Inflación que hoy sufre la Argentina – una Inflación que, según texto, se define como el aumento sostenido y generalizado de los precios de bienes y servicios en la Economía – está provocada por tres factores principales:

La remarcación impune de precios por parte de las Empresas a través de toda la cadena de valor y/o comercialización del Mercado, fundamentalmente determinadas por los grandes grupos económico-financieros que controlan la formación de los precios sectoriales.

El aumento de Precios y Tarifas de Servicios Públicos que establece el gobierno y que se trasfieren al sistema de precios, de modo que el ciudadano recibe el peso de tales aumentos en forma directa como usuario y en forma indirecta por el traslado a precios que efectúan las empresas.

El aumento de la Presión Tributaria del Estado – Nacional, Provincial y Municipal – además de los recargos que se producen por medio de todo el mecanismo de gastos por trámites administrativos, aranceles, sellados, intereses, recargos, multas, etc. Y que también se trasladan a los precios.

Éstas son las causas concretas e identificables que – en lo inmediato – determinan la Inflación; que luego se retro-alimentan por la recurrencia entre precios y salarios en el marco del proceso de distorsión de Precios Relativos, que inhibe la estabilidad de los Precios porque continuamente los desajustes sectoriales motivan las actualizaciones por inter-acción de los valores en el Mercado.

Inflacion y Finanazas

En esta materia Giuliano dice que existen otros tres componentes inflacionarios que son de naturaleza específicamente financiera:

a) El denominado pass-through (efecto transmisión) o proceso mediante el que las devaluaciones de la moneda nacional (el Peso) frente a las divisas extranjeras (básicamente el dólar) se trasladan a los precios.

b) La Tasa de Interés, cuya incidencia también se traslada – en forma directa e inmediata – a los precios porque las Empresas la incorporan como parte de su Costo Financiero a los valores finales.

c) Los costos bancarios – representados por gastos, comisiones, tasas, recargos de distinto tipo, sobrecosto de servicios financieros, mantenimiento de cuentas, tarjetas de débito/crédito, etc. – que constituyen gastos que también se trasladan al sistema de precios.

«Todo este conjunto de factores es el que determina el perverso conjunto concreto de factores causales que llevan al aumento generalizado y sostenido de los precios de Mercado – la Inflación – y no los aumentos de Salarios, que son una consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores con ingresos fijos y bajo distorsión de los precios relativos que tales aumentos de precios provocan».

Como ya hemos explicado otras veces, los Salarios pierden siempre con respecto a la Inflación por triple motivo:

a) Porque los aumentos son pactados normalmente por debajo de la Inflación y/o apelando a proyecciones futuras irreales sin recupero de los costos de la Inflación pasada.

b) Porque los aumentos, cuando se efectivizan, lo hacen en forma parcial frente a la Inflación acumulada de los últimos 12 meses y en cuotas, por lo que no implican un recupero real total del poder de compra consumido durante el periodo inter-actualizaciones.

c) Porque la Inflación carcome el poder adquisitivo de los salarios día a día mientras que la percepción de los sueldos se produce mensualmente: un desfasaje financiero en contra del asalariado porque esto no se cubre durante el mes ni mucho menos durante todos los meses en curso hasta que se produzca el próximo ajuste de los ingresos, como es el caso típico y agraviante de los jubilados / pensionados (que se venían aumentando cada 6 meses – ahora cada 3 y sub-indexados – sin recupero de los meses transcurridos). Y que se trata del mecanismo exactamente inverso al que siguen las ganancias especulativo-financieras, que se benefician en forma cotidiana y/u horaria.

Esto quiere decir que toda la Población Argentina de Ingresos Fijos se traga así sistemática e institucionalmente la Inflación a través de la caída de los Salarios Reales, lo que constituye hoy – en la práctica – uno de los ejes centrales de la administración Macri para amortiguar parcialmente los gastos del Estado y de las Empresas Privadas a costa de las menores remuneraciones a los sectores asalariados y jubilados.