El ex presidente Eduardo Duhalde consideró que la inflación es la principal preocupación para el país y propuso la habilitación de «mercados populares» que permitan acceder a alimentos a menores costos.

«En este momento la sociedad argentina está viviendo una crisis particular, en la cual el flanco débil del gobierno que asumió el pasado 10 de diciembre está en los precios y cómo impactan sobre los sectores más humildes», aseguró Duhalde.

El ex presidente detalló que los sectores humildes afectados están integrados por aquellas personas excluidas del mercado como así también quienes cuentan con planes sociales para su subsistencia, y que destinan entre el 80 y 100 por ciento de sus ingresos a la compra de alimentos.

En una nota publicada hoy por un matutino porteño, Duhalde consideró que el aumento de precios afecta al productor y al consumidor mientras que sólo obtienen beneficios los intermediarios, para lo cual el Estado debe tomar medias para evitar distorsiones.

«La propuesta en este sentido pasa por promover y facilitar formas más simples de comercialización, del productor directamente al consumidor. Una práctica muy sencilla de aplicar para ello es volver a autorizar los mercados populares», indicó.

«Se trata de habilitar, en espacios públicos a convenir en cada barrio de esos conurbanos, ferias y mercados populares en los que los productores puedan comercializar en forma directa, o a través de feriantes, sus mercaderías eliminando intermediaciones», añadió.

Sin embargo, Duhalde alertó sobre las complicaciones que podrían surgir derivadas de los controles bromatológicos exigidos por ley, como así también por las normas de envasado y presentación de los productos.

«Muchas veces las normas exigidas, supuestamente en beneficio del consumidor, son en realidad resultado de la presión de grupos económicos, como modo de excluir de la competencia a pequeños productores», señaló.

«Quienes tenemos algunos años somos una prueba palpable de que esa argumentación no es válida. En los barrios humildes donde crecimos, nuestras madres cuidaban, a la vez, de nuestra alimentación y salud, y del bolsillo, comprando en ferias», agregó.

Duhalde explicó que en muchos países europeos existen ferias y mercados populares con rigurosos controles de calidad en los productos velando por los derechos del consumidor.

Puntualizó también que esos mercados y ferias tienen los mismos controles sanitarios que rigen para los supermercados pero de manera mucho más eficiente y sin el acoso delos grandes conglomerados.

Por otra parte, consideró que «la eximición de cierta reglamentación sobre envasado no afecta la calidad de los productos, disminuye costos y también contribuye a la preservación ecológica al no utilizar elementos que son de difícil biodegradación».

De tal modo, el establecimiento de ferias y mercados populares constituye «un mecanismos práctico, efectivo y de sencilla implementación para contribuir al control de los precios de bienes de primera necesidad, a la vez que favorecen al pequeño y mediano productor local», evaluó.