La indagatoria a la ex presidenta y vicepresidenta electa Cristina Kirchner comenzó pasadas las 9:30 y la jornada estuvo dedicada completamente a tomarle declaración indagatoria.  Durante la misma, interpeló a los jueces por no permitir la transmisión en vivo y acusó directamente al gobierno saliente por el armado de causas en su contra. Además hablo de «lawfare» y les recordó a los jueces su responsabilidades por la filtraciones de las escuchas telefónicas.

En el inicio de la audiencia, Cristina expresó: «Voy a declarar y oportunamente contestaré preguntas». Luego de pedir que le acerquen una botella con agua, la ex senadora se quejó  ante los magistrados por haber rechazado el pedido para transmitir en vivo la audiencia e inició su declaración  hablando del «lawfare».

¿No les parece de trascendencia pública que la vicepresidenta electa este sentada acusada de integrar una asociación ilícita, de ser la jefa de una banda?. ¿En serio les parece que no?», expresó al comienzo.

“Si alguien tenía dudas de la existencia del lafware, la lectura del presidente del tribunal del rechazo del recurso de la transmisión es una clase práctica del lawfare en Argentina llevado a cabo por este tribunal”, afirmó Cristina.

 

En ese sentido, también apuntó contra la interacción de los medios de comunicación y la construcción mediática de las causas judiciales. “Esta causa que hoy esta aquí, que se conoce como la causa de la corrupción de la obra pública, tuvo una difusión mediática en vivo y en directo inédita. Y así fue durante todo el juicio. Además, la causa cayó por sorteo (hizo con los dedos las comillas), voy a tener que comprar un número de la lotería. Siempre me toca Bonadio o Ercolini. Todo trasmitido en vivo y en directo. Y ni que hablar cuando comenzó el juicio: se transmitió en vivo y en directo toda la acusación. Nunca en mi vida escuché un guión en lugar de una acusación fiscal”.

 “No solo todo el juicio de instrucción fue difundido, sino que era tema en 20 millones de programas de televisión. Hubo cinco audiencias completas que fueron transmitidas en vivo y en directo y en los pasajes más escabrosos del guion fiscal apuntaban a mi cara. Eso es el lawfare: que los medios de comunicación publiciten cosas que no figuran en el expediente o que no son delitos para conformar a la opinión pública y con eso los jueces no tengan otra alternativa que condenar. Eso es para presionar a los jueces probos. Es para construir mediáticamente lo que no pueden comprobar jurídicamente”.

En ese sentido criticó con dureza el rol de la Oficina Anticorrupción, la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), de los cuales los dos primeros ejercen la acusación en la causa por presunto fraude en la obra pública.

Durante la declaración indagatoria, remarcó el hecho que la titular de la Oficina Anticorrupción Laura Alonso es «no abogada» y que el titular de la UIF Mariano Federici está vinculado al banco HSBC, entidad que fue investigadapor lavado de dinero y debió pagar una multa de 13 millones de dólares por violación a normas regulatorias.

Además, criticó el rol de la AFI y recordó que en un juzgado federal de Dolores se ventilaba que los testigos eran «guionados», haciendo referencia al mediático Leonardo Fariña, hecho por el cual se lo atribuyó al ministro de Justicia Germán Garavano.

Sobre la causa en la que está siendo acusada, aseguró que  “fue un plan ordenado por el gobierno saliente”.

El gobierno que se va tenía una mesa judicial que decidía quien iba preso, quién no, a qué empresario había que apretar para que no vaya preso o para que venda sus empresas».  «El plan fue ideado para una feroz e inédita persecución para quien fuera dos veces presidenta de la República. Primero, multiplicidad de procesamientos. Soy jefa de cuatro asociaciones ilícitas, la verdad que no se como tuve tiempo para gobernar porque me la pasaba haciendo asociaciones ilícitas”.

La electa vicepresidenta también recordó que fue la Justicia, a través de un fallo, quien le impidió entregar el mando a su sucesor, Mauricio Macri, en 2015, porque determinó que su mandato había finalizado el 9 de diciembre.

«No me dejaron, yo quería ir a la asamblea y un magistrado dijo que yo no podía. Tuvimos un presidente provisional, no votado, el entonces senador Federico Pinedo», dijo recordando el  fallo de ese momento dictado por la jueza federal con competencia electoral María Servini de Cubría.

«Fui también presidenta de la república, la primera mujer. Sin embargo, a solicitud del Gobierno entrante mi mandato terminó el 9 de diciembre a las 12 de la noche cual Cenicienta, así terminó el mandato de las dos veces presidenta electa de los argentinos», expresó durante su indagatoria en la causa en la que se investigan presuntas irregularidades en la obra pública.

«Cuando terminará el mandato del presidente Macri, ¿Lo harán terminar a las 12 de la noche del 9 de diciembre?. No, verán que hubo una sola sentencia para no permitirle ir a una asamblea legislativa, donde correspondía que yo fuera a entregar el mando y la banda», añadió. Además, criticó que luego de ello «quedó la leyenda» y los medios dijeron que «no quería ir a la asamblea».

Sobre la acusación de que manipuló la ley de presupuesto para beneficiar las obras de Lázaro Báez, Cristina señaló: «¿Cómo puede ser que un fiscal, jueces de la Nación crean que el parlamento hace lo que quiere y sobre todo conmigo que me rechazaron la resolución 125? ¿Dónde estaban los fiscales? ¿En un frasco de yogurt, de mayonesa? Señores fiscales, si yo o cualquier presidente pudiera obligar… pero por favor. Y no citaron a ningún legislador para preguntarles si fueron presionados”.

En otro tramo de la declaración la electa vicepresidenta apuntó: «No me pidan que les cuente cosas que no tenía que hacer yo, que no eran de mi responsabilidad funcional. Y entonces mucho menos penal. ¿De qué estamos hablando?». «Se rechazaron todas las medidas de prueba que pedimos. El Tribunal Oral eligió cinco obras de las 51 investigadas. Estos hechos ya fueron juzgados y sobreseídos en la provincia de Santa Cruz. Eso muestra la matriz y las pruebas del lafware”.

Y ya sobre el final de la jornada, Cristina se permitió hablar de la condena mediática y hacer referencias expresas a la gestión de Néstor Kirchner y su amistad con Lázaro Báez. También  al accionar de la Corte Suprema de Justicia.

“Se condena por los medios de comunicación. Los jueces solo ponen la firma. Eso es hoy una parte de la justicia federal argentina. No conozco a otra justicia. La justicia es la que me ha tocado sufrir. A mí, a mis hijos y a mi familia”.

“Mi única reserva es si la Corte Suprema en estos cuatro años no sabía lo que estaba pasando, con mucha gente privada de su libertad sin que sean ciertas las bases por las que fueron detenidas, solo en base a la doctrina Irurzun, diseñada por la mesa judicial del gobierno que se va”.

 “Había que condenar a un gobierno, el de Néstor Kirchner, que desendeudó el país, había que traer de vuelta al FMI y para traer el Fondo había que convencer que el que los desendeudó era un chorro y vino a saquear el país. Eso es lo que hicieron y por eso estoy sentada acá. No soy amiga de Lázaro Báez, nunca fui amiga de Lázaro Báez, pero no voy a tolerar que se diga que porque alguien es amigo de alguien hay que condenarlo, eso pasó en la dictadura y no voy a prestarme a eso”.

«Este tribunal, el del lawfare, seguramente tiene la condena escrita. No me interesa, a mi me absolvió la historia, me va a absolver la historia. Y a ustedes, seguramente, los va a condenar la historia».