Un llamado de atención. Fiestas, asados y hasta un baby shower fueron las actividades clandestinas que generaron decenas de contagios de coronavirus en las provincias argentinas durante el aislamiento obligatorio para controlar la pandemia.

La ciudad bonaerense de Necochea venía de dos meses sin contagios, pero todo cambió en las ultimas horas, cuando aparecieron nuevos positivos como consecuencia de un baby shower clandestino que tuvo lugar el sábado pasado y que dejó por lo menos media docena de enfermos, según explicó el intendente de esa localidad Arturo Rojas.

«A su vez, se trata de constatar otros nexos de personas que hayan concurrido al baby shower y luego hayan estado con otras personas, realizando un mapa de las personas y lugares que asistieron para analizar los potenciales casos que puedan surgir», agregó el funcionario.

Otra veintena de casos en la provincia de Buenos Aires se deben a un hospital de Bahía Blanca donde se reportaron varios contagios por coronavirus entre su personal y otro tanto tuvo inicio en el parque eólico de Mayor Buratovich, en el partido sureño de Villarino.

Por su parte, una clínica privada de la localidad de Brandsen fue denunciada tras confirmarse que el establecimiento no había registrado la muerte por coronavirus de un hombre de 60 años, padre del futbolista Walter Montillo, ni tampoco había utilizado el protocolo de prevención para este tipo de casos, por lo que recibieron múltiples denuncias.

En la provincia de Río Negro, por su parte, a principios de esta semana se conoció que tres efectivos de la subcomisaría 82 de Balsa Las Perlas dieron positivo al test de coronavirus luego de compartir una cena clandestina en medio del aislamiento.

Otro de los policías participantes de esa comida, a su vez, generó el contagio de al menos siete personas que son contactos estrechos: cuatro familiares, entre los que se encuentran dos niños de 2 y 10 años que están asintomáticos, mientras hay otras 50 personas que tuvieron contacto con alguno de ellos y están siendo monitoreadas.

En Neuquén, dos días después de que comenzara a regir el aislamiento obligatorio, un asado familiar realizado en la localidad de Loncopué terminó en tragedia: el protagonista de la fiesta de cumpleaños murió, como también otro vecino de la localidad de 68 años. Loncopué estuvo blindada durante diez días.

Por su parte, en Santiago del Estero hubo un caso que trascendió no solo por ser el primero, sino por lo inédito de la situación, que hasta incluso generó que se cierre toda la ciudad de Selva, al sur de la provincia, cuando aún no se había declarado la cuarentena, porque un joven de 27 años que había regresado de Córdoba luego de visitar a su novia con coronavirus, recorrió su localidad e incluso participó de un asado con amigos y familia.

Tras el paseo y las reuniones, las autoridades confirmaron el contagio del joven y de un amigo, que ya se encuentran recuperados, y en la ciudad de Selva se sigue cumpliendo con la cuarentena, sin nuevos casos.

Finalmente, en Corrientes, un efectivo del Servicio Penitenciario provincial que debía cumplir con el aislamiento porque varios de sus compañeros habían contraído coronavirus, asistió a una fiesta de cumpleaños en un paraje llamado Santo Domingo, de la localidad correntina de San Cosme, distante a 32 kilómetros de la capital provincial y contagió a tres integrantes de su familia, entre ellos a una menor de 11 años. Todos ya se recuperaron y recibieron el alta médica.