«No es lo más probable que gane Luis Lacalle Pou, pero sí es posible», dice, con realismo y resignación, el ex presidente de Uruguay Julio María Sanguinetti en referencia a la segunda vuelta electoral del 30 de noviembre, para la que el oficialista Tabaré Vázquez es favorito. De visita en Buenos Aires, invitado por la Fundación Metropolitana para disertar sobre cómo gobernar en América Latina en el siglo de las metrópolis, analizó la actualidad de Uruguay y las relaciones de ese país con la región.

Para Sanguinetti, el próximo mandatario uruguayo tendrá el desafío de recomponer los vínculos con laArgentina y abandonar la «indiferencia» con Brasil. «En la Argentina, el año que viene habrá un nuevo gobierno; habrá que apostar a la esperanza», disparó. También sostuvo que es «inaceptable» que Uruguay tenga una conducta de «fraternidad» con Venezuela «sin que haya una palabra para reclamar que está preso el mayor líder de la oposición», el dirigente Leopoldo López.

El ex jefe de Estado, que gobernó al país en los períodos de 1985 a 1990 y de 1995 a 2000, aseguró, además, que la bonanza económica de toda la región benefició a los gobiernos del Frente Amplio en el país, pero que su principal deuda pendiente es la inseguridad. «Hemos tenido crecimiento y prosperidad. Pero el consumismo le ganó a la seguridad», sentenció.

-Dentro de menos de tres semanas, Uruguay elegirá en ballottage a su próximo presidente. El Partido Colorado, al que usted pertenece, acompaña a Luis Lacalle Pou, del Partido Blanco, ¿por qué lo apoya?

El candidato del Frente Amplio no reconoce la crisis educativa que el país tiene. Lacalle ofrece un cambio en una línea positiva. Uruguay está teniendo los peores resultados de su historia en materia de educación. Con seguridad ocurre lo mismo. Vázquez sostiene la continuidad del modelo actual, incluyendo la permanencia del ministro de Interior Eduardo Bonomi, y Lacalle ofrece un cambio. En cuanto a la política exterior, el FA ha sido errático: nos ha encerrado dentro del Mercosur, hemos tenido pésimas relaciones con la Argentina, indiferencia con Brasil, ningún avance con Europa… La política exterior debe cambiar. En tercer lugar, está la legalización de la marihuana, que después de 10 meses de su aprobación no se pudo aplicar. A la luz de las dificultades que tiene la aplicación de la ley, está clarísimo que fue algo improvisado. En el Congreso, la mayoría que tenía el FA la ha usado para hacer leyes inconstitucionales, que el Poder Judicial ha detenido. Uruguay es sustancial al Estado de Derecho, y una mayoría no puede incurrir deliberadamente en la inconstitucionalidad. Eso es lo que ocurre. Por eso, estamos propiciando esta candidatura.

-Si se toman los resultados de la primera vuelta, la suma de votos entre blancos y colorados no es suficiente para superar a Vázquez, ¿cree que hay posibilidades de que Lacalle Pou se pueda imponer?

No hay dudas de que Vázquez es el favorito, con la mayoría que tuvo en la primera vuelta, pero elecciones son elecciones, y veremos qué ocurre. No es lo más probable que gane Lacalle, pero sí es posible. Ojalá se dé esa posibilidad.

«QUISIÉRAMOS QUE EL FRENTE AMPLIO TUVIERA UNA ACTITUD DE MAYOR DIÁLOGO»

-El Parlamento quedó nuevamente con mayoría oficialista, ¿qué posibilidades tiene la oposición para impulsar sus propuestas en los próximos años?

El rol de la oposición en el Parlamento va a estar muy reducido. Quisiéramos que fuera mayor y que el FA tuviera una actitud de mayor diálogo, pero por el momento no se ha visto, y estos cinco años han sido de una mayoría absoluta que no sólo impuso leyes inconstitucionales, sino que también ha coartado toda posibilidad de investigación y de control parlamentario de administración.

-¿Por qué cree que el Frente Amplio, que ya lleva una década en el poder, sigue cosechando tantos votos?

El FA se ha beneficiado de una situación de crecimiento económico incuestionable, con la época dorada del comercio exterior en Sudamérica. Eso le ha dado al país crecimiento y prosperidad, y ese factor de consumo ha sido fundamental. El déficit mayor desde el punto de vista popular ha sido la inseguridad, pero el consumismo le ganó.

-¿La bonanza económica que tiene Uruguay es mérito del Frente Amplio o responde a un contexto?

Gracias a los precios internacionales se ha generado el crecimiento en América del Sur. Por supuesto, con ese crecimiento se pueden hacer disparates; lo vemos en Venezuela. ¿Ese crecimiento puede ser equilibrado? Sí, Chile y Perú son un buen ejemplo. ¿Y con ese crecimiento se puede hacer suertes variadas y no aprovecharlas los suficientemente bien? Creo que ese es el caso de Uruguay y de Brasil, donde se pueden ver los déficits de infraestructura que tienen ambos.

-En las últimas elecciones en la región, ganó la izquierda, y usted ha dicho que eso tiene que ver con la bonanza económica. Sin embargo, la Cepal y el FMI han reducido sus proyecciones de crecimiento para toda la región en general y se nota que hay una desaceleración de la economía, ¿cree que eso jugará en contra de los gobiernos populistas?

Las etapas de crecimiento siempre juegan a favor de un gobierno, y que una etapa de mayor rigor opera en contra. Eso se verá hacia el futuro. No creo que Uruguay marche hacia una crisis, pero sí es una época en la que habrá que administrar mucho mejor y cuidar las variables macroeconómicas.

«NO CREO QUE URUGUAY MARCHE HACIA UNA CRISIS, PERO SÍ HABRÁ QUE ADMINISTRAR MEJOR»

-Usted recientemente suscribió un comunicado del Foro Iberoamérica en el que se exigía la liberación del opositor Leopoldo López, ¿qué piensa de la relación que mantiene el actual gobierno con el de Venezuela?

Es un grave error el acompañar, consentir, adherir y hasta aplaudir lo que es una dictadura. El gobierno venezolano no esconde su autoritarismo. Los espacios de radio y televisión independientes están clausurados; la prensa está apenas sobreviviendo. Mantener relaciones diplomáticas con Venezuela, como con cualquier otro país, puede ser aceptable, pero que se actúe con un sentido de amistad, de fraternidad y de adhesión, sin que haya una palabra para reclamar que está preso el mayor líder de la oposición y que está restringida su prensa, es inaceptable.

-¿Qué hay de la relación con la Argentina? Ideológicamente, parecen estar muy cerca, pero distintas medidas adoptadas por el gobierno de Cristina Kirchner perjudican a Uruguay. ¿Qué tiene que hacer el próximo gobierno?

Néstor Kirchner se llevó muy mal con Vázquez. Mujica intentó una aproximación con Cristina, pero no le fue bien. No hemos tenido buenas relaciones comerciales, ni económicas. Hemos sufrido muchas cosas que el país entero considera injustas, como disposiciones sobre el trasbordo portuario o restricciones comerciales. El nuevo presidente, quien sea, intentará mejorar esas relaciones. Y también en la Argentina el año que viene habrá un nuevo gobierno; habrá que apostar a la esperanza…

«EL FRENTE AMPLIO PARECE UN PERONISMO POR SU ABUSO DE LA MAYORÍA»

-En una columna de opinión calificó al Frente Amplio como «peronista», ¿por qué? ¿calificaría a Uruguay como un populismo?

El FA parece un peronismo por su permanente abuso de la mayoría, por su contenido autoritario. Ahora mismo están impulsando una ley de medios que también intenta, en cierto punto, un cercenamiento de la prensa. Hay, además, una presencia sindical y corporativa muy fuerte, que ocupa vastos espacios de poder público. Por eso se parece mucho más a un gobierno kirchnerista que a uno socialdemocrático. No diría que es un gobierno populista porque el Estado de Derecho, por más que estuvo amenazado, ha sobrevivido. El equilibrio y la separación de poderes han funcionado, pese a los abusos y excesos que ha cometido el gobierno.

-¿Le ve futuro al Mercosur o piensa que a Uruguay le iría mejor negociando por fuera?

Uno no se puede mudar de barrio, de modo que para Uruguay es un destino manifiesto mantener buenas relaciones con la Argentina y Brasil. Pero el Mercosur no ha funcionado ni en lo económico, ni en lo comercial, ni en lo institucional, ni en lo macroeconómico. Está estancado y hasta se podría decir que en crisis. La idea sigue siendo válida, por lo que uno confía que gobiernos más razonables, más sensatos y con más visión de futuro puedan revitalizar lo que no era un proyecto de ocasión, sino lo que era una larga estrategia hacia el futuro.

«EL MERCOSUR ESTÁ ESTANCADO Y SE PODRÍA DECIR QUE EN CRISIS»

 

-Hablamos de la bonanza económica de Uruguay durante las presidencias del Frente Amplio. Pero en el último tiempo, se han multiplicado en el país los reclamos por la inseguridad, a pesar de que Uruguay tenía los mejores índices de la región. ¿Cómo explicaría usted esta paradoja de mayor crecimiento económico, mayor empleo y mayor criminalidad?

Es difícil. No hay una relación automática de que con prosperidad baje el delito, y que con pobreza, suba. Hay otros factores. En Uruguay, hubo una actitud muy permisiva frente al fenómeno del delito, y se miró solo del lado de la garantía del delincuente y no en la protección de la sociedad. El resultado fue que, luego, eso se fue desbordando y generando una situación difícil de manejar. Por otro lado, la redistribución del ingreso no ha mejorado y hay vastos sectores que no son solamente pobres, sino que se han ido marginando de la sociedad por la vía de la calidad educativa y que son el semillero o foco de esa situación delictiva.

-Otro problema de Uruguay y de la región es el narcotráfico, ¿cree que la legalización de la marihuana ayudará a combatirlo, como plantea el gobierno de Mujica?

Es de una ingenuidad clamorosa, porque si la marihuana sólo se va a vender a los mayores de 18 años, y tenemos, por el otro lado, el crack, el paco, la heroína, la cocaína, y a los menores de 18 años que también van a estar en la clandestinidad, es evidente que esto no va a resultar desde ese punto de vista. Es ilusorio pensar que legalizando un porcentaje del mercado se va a producir eso. El clima de legalización, el hecho de que haya más afluencia de marihuana, va a generar un aumento en el consumo de drogas, que es lo que se está viendo. Pero también encaro el tema con una prioridad que es la salud, y eso no se ha tomado en cuenta. Que el tabaco es perjudicial para la salud lo sabemos todos porque hubo una campaña muy exitosa de prevención, pero de la marihuana no se ha dicho nada. Ha sido un salto al vacío que sólo va a generar males y ningún bien.

-Hubo distintos casos de corrupción en Uruguay, como el escándalo por la quiebra de Pluna que derivó en la renuncia del ex ministro de Economía Fernando Lorenzo y del presidente del Banco República, Fernando Calloia. Pero no parecen haber afectado la imagen de Mujica en la opinión pública. Lo mismo pasa en Brasil, con el caso de Petrobras…

Esos episodios no han tenido un suficiente rechazo popular. Parecían tenerlo, pero no se ha traducido en el voto. La corrupción en Uruguay, no obstante, no es un fenómeno endémico, sino ocasional. No es la situación de Brasil. Los casos de corrupción estuvieron vinculados con el sindicalismo. Esperemos que haya reacción. El caso de Brasil me parece escandaloso, con algo como Petrobras, que es mayúsculo.