Miles de mujeres y disidencias marcharon esta tarde hasta el Congreso de la Nación y bajo la consigna «la deuda es con nosotras y nosotres», exigieron que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que esta semana se debate en el Parlamento no condicione el desarrollo de políticas inclusivas.

«Estamos aquí, con el dolor y la rabia por las compañeras que nos faltan, por la violación en grupo de la que somos testigos, porque es una conmoción nacional que exige darlo vuelta todo. A un año de la desaparición de Tehuel, nuestro compañero trans desaparecido mientras iba a buscar trabajo, seguimos exigiendo Aparición con vida Ya. Con el juicio inminente contra Higui, lesbiana chonga y popular, por haberse defendido de una violación en grupo. ¡Por la libertad de Milagro Sala, presa política!», comienza el texto del «Documento Colectivo 8M» que se leyó poco después de las 18.

El documento recopila reclamos como la sanción de las leyes de humedales, de Acceso a la Tierra y de Soberanía Alimentaria, una modificación a la ley de alquileres, que se garantice la aplicación de las leyes de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) e Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y que se haga efectiva la Educación Sexual Integral, entre otros.

Cada reivindicación que se leía desde el escenario fue acompañada por una exclamación de la multitud.

Acompañadas por parejas, hijas, hermanas, amigas, compañeras de trabajo, estudio o de militancia, mujeres y disidencias comenzaron a concentrarse cerca de las 16 en la 9 de Julio y Avenida de Mayo, desde donde caminaron al ritmo de tambores, entonando consignas y levantando las banderas de diversos reclamos en el marco de un clima de fiesta que incluyó una improvisada bailanta tropical frente al Palacio Legislativo y un carnaval carioca con espuma y cotillón sobre la avenida Entre Ríos.

Las columnas de agrupaciones políticas y sindicales como las del Plenario de Trabajadoras, Las Rojas, Izquierda Unida, La Cámpora, el Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa, el Frente Popular Darío Santillán, la Asociación de Trabajadores del Estado, Judiciales, Sanidad o Docentes, entre otros espacios, se mezclaban con numerosas mujeres que llegaban solas o en pequeños grupos.

Las grandes banderas de las organizaciones aparecían junto a carteles hechos con esmero o simples cartulinas escritas con fibrón con consignas como «había violadores antes que hubiese minifaldas», «maternar es un trabajo de tiempo completo no remunerado» o «yo no salí de tu costilla, vos saliste de mi coño», entre otros.

A lo largo de la Avenida de Mayo, muchas artesanas ofrecían prendas y accesorios con motivos alusivos a la lucha por los derechos de mujeres y disidencias, mientras que algunas de ellas también desplegaban sobre mantas libros de textos feministas.

Junto a ellas, los tradicionales carros de choripán y cerveza trabajaban con los vendedores ambulantes de pañuelos y banderas que hoy ofrecían como novedad barbijos con los colores de la bandera de la diversidad.

Cada vez que los semáforos interrumpían el tránsito en la avenida, las integrantes de la agrupación «Madres de Víctimas de Trata» se paraban sobre la senda peatonal exhibiendo a los conductores las fotografías de mujeres y niños que murieron o desaparecieron en Argentina como consecuencia de trata con fines de explotación sexual.

Margarita Meira, integrante de ese colectivo y mamá de Susi, que desapareció en 1991 y su cuerpo fue identificado en 1992, afirmó en diálogo con Télam: «Hoy estamos acá porque creemos que esta es una de las luchas en la que todavía en nuestro país hay mucho pendiente, se sancionó una ley y se crearon organismos pero siguen desapareciendo mujeres y menores en democracia y eso tiene que terminar».

Con camisetas de distintas épocas, una numerosa columna de «River Feminista» se sumó a la movilización en la que distribuyeron volantes para concientizar sobre la poca participación de mujeres y disidencias en los espacios de decisión en instituciones deportivas.

María Eva, integrante de esa agrupación contó a esta agencia que «el espacio surgió a partir de la inquietud de muchas mujeres y disidencias que sentíamos que no teníamos espacios de participación en el club, nuestro objetivo es promover la mayor participación posible de mujeres en la vida política de nuestro club y de todas las instituciones deportivas».

En la marcha también se hacían notar las banderas de agrupaciones feministas de Boca, San Lorenzo y Vélez, entre otros.

Anahí, de la Corriente Clasista y Combativa de La Matanza, dijo a Télam que «las mujeres siempre tenemos menos oportunidades laborales que los hombres, y cuando además somos trabajadoras de la economía popular, la cosa se nos hace aún más cuesta arriba».

«Mi mamá, mis hermanas, mis amigas y yo tenemos que alternar tareas de cuidado con nuestro trabajo, eso es algo que no le pasa a los hombres, y en muchos casos las mujeres terminamos a cargo de esas tareas porque nuestro compañero por ser varón accede a mejores oportunidades laborales, para romper con eso hace falta la lucha de todas y también políticas públicas», añadió.

 

Gabriela, una docente de Lomas de Zamora que llevó a sus hijas de 7 y 9 años a la movilización, contó: «Tenía la decisión de venir con las nenas para que pasen por la experiencia, pero si hubiese querido dejarlas tampoco hubiese tenido con quién porque tampoco nos convenía que mi marido falte al trabajo».

«Sé que muchas de mis estudiantes vinieron hoy y deben andar por algún lado en este mar de gente, es algo que me pone muy feliz porque cuando yo tenía su edad estos espacios no eran tan comunes; por eso creo que todas tenemos que comprometernos a sostenerlos y a compartirlos con las nuevas generaciones», finalizó.

Entre otros puntos, el pliego de reivindicaciones de la edición 2022 del Paro de Mujeres incluye el reclamo por la aparición de Tehuel De La Torre, visto por última vez el 11 de marzo pasado en la localidad bonaerense de San Vicente, y la absolución de Eva Analía de Jesús, Higui, quien será juzgada en los próximos días acusada de haber matado en defensa propia a un hombre que pretendía violarla.