Enviado especial a Entre Ríos –  El titular de la Asociación de Citricultores de Villa del Rosario y presidente de la Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier), Ariel Panozzo Galmarello, dijo que el sector esta seriamente amenazado porque «sigue perdiendo áreas cultivables y productores frente a la depresión del mercado interno y ante la falta de competitividad de la fruta en el mercado internacional debido a la falta de políticas de Estado», para el sector.

Conclusión dialogó con el presidente de la Federación de 2000 productores en Villa del Rosario,que expresó que existen una superficie cultivada de 36.000 hectáreas entre los departamentos Federación y Concordia, con cerca de 100.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos «que peligran porque no se está exportando nada».

Según el referente del sector, «para seguir creciendo se necesitan políticas fiscales, laborales y financieras porque una plantación es una inversión a 15 años», y agregó que «hace diez años que se carece de reglas claras para invertir, y tenemos un total destrato».

«Si el gobierno diría la verdad sobre las cifras de exportación de cítricos son tan bajos que se les termina el discurso de lo que dicen en todos los medios, de que estamos exportando al mundo pero en realidad no estamos exportando nada», sentenció el productor.

Respecto de la exportación Galmarello, describió que «el mercado mas grande que hay en el mundo es la fruta sin semilla y hoy carecemos de ese producto. Para traer una variedad nueva para planificar una inversión debemos pagar una fortuna en patentamiento, y luego esperar 5 años de las plantas en cuarentena para verificar que sea sana y sin enfermedades y recién se puede hacer plantas, lo venimos peleando hace 15 años de bajar la cuarentena con el Senasa, pero no nos han acompañado».

Otro factor que enumeró el dirigente agrario es que el mercado interno «se cae a pedazos, y se hace complejo el panorama, el censo de 2006 pronosticó un promedio en la edad de las plantas de entre 15 y 20 años; se suma a esto los juicios laborales y además lo nuestro es oferta y demanda, sin precio de referencia para sostenernos y sin crédito bancario».

Consultado sobre los costos de la producción, Galmarello, adujo que «los insumos como agroquímicos y abonos se cotizan en dólares, con dos empresas grandes que se quedaron con el 80% del mercado hizo que los costos se multiplicaron» y agregó que «el gasoil es otro factor, y se suma que entre peajes, flete y descarga se quedan con el 70%».

En relación al precio de venta del cajón de limones en el Mercado Central, el presidente de Fecier precisó que les pagan «entre 120 y 150 pesos los 22 kilogramos de fruta solo con un costo comercial de 100 pesos, nos queda por kilo 1,80 peso o 2 pesos».

Una de las soluciones que encontraron los productores son las «juegueras que compran la fruta», que «en el caso de Villa del Rosario es una cooperativa que les venden a las industrializadoras como Baggio» de Galeguaychú «que vende a las elaboradoras de gaseosas o jugos diluibles».

Galmarello relató la evolución del sector y mensuró que tuvieron «una fuerte caída en 2012 del consumo de frutas y ahora es en picada, de 51. 000 hectáreas productivas en 2004, pasamos a 36.000 en 2016, con un porcentaje del 40% de quintas entre semi-abandonadas y abandonadas, esto incluye la mandarina, naranja, pomelo y limón en mucha menor escala».

«En los 90 se vendía a la Unión Europea, hoy los mercados fuertes son Rusia, Filipinas y algo de la UE, pero en menor medida porque Sudafrica creció fuertemente como España que compiten con costos más bajos. Nosotros exportabamos entre 20% y 25 % de la producción, pero en 2017 solo llegamos al 5% arañando el número y lo más preocupante es que en 2018 llevamos apenas el 1,2% «, dijo el presidente de Fecier.

El productor, refirió un estudio que establece que en promedio, el consumidor «pagó en góndola 5 veces más de lo que recibió el productor en la puerta de su campo por los productos y señaló que «el abuso con el limón dio 14 veces y la naranja, con una multiplicación de 11 veces».

Para Fecier, el limón subió de 5 en abril a 10 en mayo, y 14,11 veces en junio, la caída en 34,6% de precios al productor no se registró en góndola que sólo bajaron 8,1%». Con la naranja la brecha creció 4,6 veces en el mes (72,2%) y ya había subido 2 veces en mayo y los precios al productor ya habían bajado 37,1%».

Por último, Ariel Panozzo Galmarello pidió que «se atienda un sector que genera mano de obra, porque se están cayendo los galpones de empaque, las metalúrgicas y los aserraderos», y agregó que «por las malas políticas se queda mucha gente sin trabajo con un fuerte impacto social. En Concordia se cayeron 18.000 hectáreas y se la ve como una de las ciudades más pobres del país con riesgo a que el resto siga su camino», concluyó.