La incógnita en torno a un posible nuevo aumento del boleto está a punto de develarse. Es que la intendenta Mónica Fein será quien tenga la última palabra y su decisión corre contra reloj, ya que mañana será la última jornada hábil antes de fin de mes para hacer uso de su potestad de decidir unilateralmente el precio de la tarifa del transporte público.

En medio de un tire y afloje constante, todo indica que el estudio de costos del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP) del Ente de Movilidad de Rosario (EMR) arroje una cifra estimativa del costo del boleto bastante por encima del valor actual que es de 23,17 pesos.

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El último estudio, correspondiente a diciembre, ya se había ubicado por encima de los 26 pesos, con lo cual se espera que este sea bastante más elevado (podría superar los 30 pesos), teniendo en cuenta que impactará en la medición del EMR el recorte de subsidios decidido en 2018 por el gobierno nacional, así como la suba de combustible y la paritaria de la UTA, según dejaron trascender desde la Municipalidad.

La decisión recaerá entonces en la intendenta, quien cuenta con la facultad de aumentar la tarifa hasta el 90 por ciento del valor que arroje el estudio. A partir de julio, volverá a aplicarse la ordenanza anterior, que limita demasiado la facultad del Ejecutivo y le permite incrementar, pero con otras variables mucho más alejadas de las que puede hacer uso ahora.

No obstante, si Fein no toma partido, la decisión se pospondría hacia los meses finales de su mandato, algo quizás brumoso por la inflación que se estima no bajará en forma abrupta (si es que baja).

Así las cosas, resta aguantar y ser pacientes un día más, fecha que será clave para el bolsillo de los rosarinos.