La organización de la reunión del G20 irrumpió con fuerza en el escenario político nacional, producto de la magnitud internacional que la misma tiene y de que es infrecuente ver en el país un encuentro de dichas características

Por ello, Argentina Pulse, integrada por Poliarquía y el proyecto para Argentina del Wilson Center Survey, consultó a los argentinos sobre las percepciones que tienen sobre dicha reunión y sobre otras cuestiones de índole global.

En cuanto a la reunión de mandatarios del Grupo de los 20, el infome dice que la opinión pública argentina dispone de poca información al respecto y que solo tres de cada diez, admiten haber escuchado acerca de la reunión y saber de que se trata.

Así, el 47% de los argentinos cree que la realización de la reunión del G20 en la Argentina beneficiará mucho (25%) o bastante (22%) al país. En sentido contrario, otro 47% de la población afirma que la reunión tendrá pocos (25%) o ningún (22%) efecto favorable para la Argentina.

La percepción en torno a los beneficios que el G20 puede dejar al país varía significativamente de acuerdo a la identificación política de los respondientes. Entre aquellos que aprueban la gestión de Macri, hay una percepción casi unánime (81%) acerca de los beneficios de ser el país anfitrión del G20.

Entre los opositores, las proporciones se invierten y predomina la opinión (64%) de que el país no obtendrá beneficios significativos por organizar la reunión.

Con respecto a la utilidad del G20, cuatro de cada diez argentinos (38%) creen que la organización del encuentro debería ser aprovechada por las autoridades nacionales para atraer nuevas inversiones al país.

Con menor frecuencia se mencionó también la utilidad de establecer políticas conjuntas entre todos los países (18%); la oportunidad de utilizar el evento para mejorar la imagen del país en el exterior (14%); y la posibilidad de acrecentar la influencia argentina en el escenario internacional (13%).

En otro orden, predomina entre los argentinos una visión negativa acerca de la evolución del mundo en la última década.

En efecto, siete de cada diez argentinos (71%) considera que el mundo -en su conjunto- está peor hoy que hace diez años.

En sentido inverso, solo dos de cada diez entrevistados (19%) manifiesta que el planeta ha evolucionado favorablemente desde 2008.

La percepción de la evolución mundial no muestra variaciones significativas al ser analizada según grupo etario, aunque si manifiesta algunas diferencias por nivel de instrucción, apoyo al gobierno y, fundamentalmente, percepción general del estado del país.

En este sentido, se observa una relación positiva entre el nivel de instrucción de los entrevistados y la opinión favorable de la evolución del mundo: entre aquellos entrevistados con educación primaria la idea de que el mundo está hoy mejor cuenta con un apoyo de 15%, porcentaje que crece hasta el 18% de aquellos con instrucción secundaria y al 25% de quienes poseen instrucción terciaria o universitaria.

Se observa también una relación positiva entre el apoyo a la gestión de Mauricio Macri y la evaluación favorable de la evolución mundial.

En efecto, la percepción de que el mundo ha mejorado alcanza al 26% de quienes apoyan a Macri, pero a apenas el 15% de quienes se oponen a él.

Finalmente, la encuesta registra que la percepción de que el mundo está mejor es mucho más fuerte (40%) entre quienes valoran positivamente la actualidad de la Argentina, que entre aquellos que la evalúan de modo regular (21%) o negativo (15%).

En cuanto a la mirada sobre los países, Alemania y Japón son los que mejor imagen recogen.

El país europeo concita una imagen positiva del 81%, compuesta por un 32% de evaluaciones muy buenas y un 49% de calificaciones buenas.

Japón, por su parte, consigue una evaluación positiva muy similar (80%), compuesta por un 25% de calificaciones muy buenas y un 55% buenas.

Con calificaciones ampliamente favorables aparecen también Rusia, la Unión Europea (cuyas mediciones corresponden a la ola #1 de Argentina Pulse, realizada en agosto de este año) y China.

La tabla de países la cierran Estados Unidos y Brasil, con un porcentaje de evaluaciones negativas substancialmente más alto.

En efecto Estados Unidos, reúne una imagen favorable del 60% y una desfavorable del 36%, mientras que Brasil concita una imagen positiva del 54% y un negativa del 42%.

Comparadas con la ola #1 de Argentina Pulse, las imágenes de China y Estados Unidos sufrieron un deterioro importante.

En el caso del país norteamericano su evaluación positiva cayó 7 puntos, mientras que en el caso de gigante asiático la erosión fue de de 9 puntos.

Cuando se analiza la imagen de los países de acuerdo a la identificación política de los encuestados, se observa que Brasil y EEUU concitan un nivel de aprobación mucho menor que las otras naciones fundamentalmente entre los opositores de Mauricio Macri, lo que podría relacionarse con el perfil político de Donald Trump y Jair Bolsonaro.

Al respecto de los líderes del  mundo, el presidente de los EEUU, Donald Trump; el presidente electo del Brasil, Jair Bolsonaro; y la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, cosechan entre los argentinos más rechazos que adhesiones.

Por su parte, el presidente de la Republica Popular China, Xi Jinping, es -entre los dirigentes globales evaluados- el único que exhibe una imagen netamente favorable.

Pese a ser el dirigente internacional evaluado con mayor nivel de desconocimiento, Xi Jinping concita entre los argentinos una imagen positiva del 58% y un rechazo del 17%.

Los números de aprobación del mandatario chino son claramente superiores a los de Christine Lagarde (40% de positiva y 43% de negativa), Jair Bolsonaro (37% y 44%) y Donald Trump (36% y 59%).

En comparación con la anterior ola de Argentina Pulse, Trump mejoró su imagen positiva, que subió desde el 28% de hace tres meses al 36% actual, y redujo su negativa, que cayó del 64% al 59%.

Al analizar la imagen de los dirigentes según la aprobación o reprobación a la gestión de Mauricio Macri se desprenden dos particularidades.

En primer lugar, se observa que Christine Lagarde concita una evaluación favorable muy alta entre los simpatizantes del gobierno de Macri (71%) y una muy baja entre sus opositores (26%).

Si bien esa dispersión de la evaluación se replica para los casos de Donald Trump y Jair Bolsonaro, no llega alcanzar el mismo nivel de polarización.

En segundo lugar, se observa que – tal como sucede con la imagen de China-, la evaluación de Xi Jinping no muestra relación alguna con el nivel de apoyo de la población a Macri.