Por Manuel Parola

Javier Milei es el nuevo presidente de los argentinos. Luego del breve acto donde juró como mandatario, el libertario dio lugar a que su vicepresidenta finalizara la asamblea legislativa y partieron rumbo a las escalinatas del Congreso, donde los mandatarios extranjeros lo rodearon mientras leyó un encendido discurso frente a aproximadamente 50 mil personas.

El texto tuvo en sus pasajes una numerosa cantidad de inexactitudes y tergiversaciones, que terminaron de confirmar la intención del presidente electo de impulsar la narrativa de que el gobierno saliente estaba dejando “la peor herencia de la historia” y con eso argumentar una idea que se repitió tres veces a lo largo del discurso: que no existe alternativa para el ajuste”.

En este marco, Conclusión se propuso poner la lupa sobre los yerros más importantes y verificar las expresiones del presidente en funciones.

La inflación y sus 15.000 puntos anuales

Es un hecho innegable que el año 2023 quedará como el ciclo de más importante registro inflacionario en veinte años, con un índice de precios al consumidor  (IPC) que cerrará sus informes en torno al 25% y el 30%, por lo que la suma interanual será superior a los 150 puntos porcentuales (pp). Sobre esta espiral inflacionaria, Milei se paró para señalar el Rodrigazo de 1975, el paquete de medidas del ministro de Economía de Isabel Martinez de Perón, Celestino Rodrigo, los picos de precios presentados en los últimos días y los pasivos del Banco Central de la República Argentin (BCRA).

“Esta es la herencia que nos deja, una inflación plantada del 15.000% anual, (contra) la cual vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla”, dijo Milei este domingo.

A su vez, habló de que el ajuste que se avecina impactará en la inflación y en la cifra de pobres. No obstante, en su discurso Milei habló del 60% de personas bajo la línea de pobreza, cuando el primer semestre (último registro oficial del Indec, que es la medición oficial) es del 40,1%. 

“El empleo privado está estancado”

Otro de los pasajes de Mieli tiene que ver con la acusación de que los niveles de contratación de trabajadores en el sector privado están planchados desde hace cuatro años, lo cual no sólo no es cierto sino que, desde el gobierno de Mauricio Macri (que tuvo una tendencia expulsiva de los trabajadores del circuito formal privado aumentando el desempleo y bajando los niveles de actividad de la capacidad instalada de las empresas de todo rango) hasta el fin del gobierno de Alberto Fernández, los niveles de empleo no hicieron más que crecer.

Los asalariados formales aumentaron en 360 mil trabajadores, según el Mirador de la Actualidad del Trabajo y de la Economía (MATE) entre diciembre del 2019 y 2023, lo cual deja un tufillo a poco si no se tiene en cuenta la enorme debacle industrial y productiva ocurrida en la pandemia, las medidas de protección de los empleos formales en el 2020 y de promoción de la contratación durante finales de 2020 y 2022.

Seguridad y violencia urbana: “Argentina es un baño de sangre”

Milei sostuvo que los niveles de inseguridad en Argentina lograron ritmos exorbitantes: “El nivel de deterioro de nuestro país es tal que abarca todas las esferas de la vida en comunidad. En materia de seguridad, Argentina se ha convertido en un baño de sangre”, dijo en su discurso.

Si bien los delitos contra la propiedad son numerosos e importantes en tanto cifras nominales, los dichos de Milei se centraron sobre todo en los niveles de violencia contra la integridad física y la vida de las personas. Dicho así, no es otra cosa que una exageración brutal: la Oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Delito apuntaron que, durante el 2022, Argentina registró 4,3 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo cual es una medición inferior a sus vecinos latinoamericanos. Por ejemplo, Brasil presentó una media de 21,3 por cada 100.000 habitantes, mientras que Chile presentó una media de 6,7 y Uruguay 11,2.

Por otro lado, Rosario apareció en el discurso de manera elíptica, a los dichos de que “una de las ciudades más importantes del país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia”. No obstante, el crecimiento de las personas privadas de su libertad en los últimos diez años no hizo más que crecer de manera exponencial, siendo más las personas que están tras las rejas sin una condena firme que los que están presos fielmente.

Muertes por coronavirus

Milei afirmó: “Durante la pandemia, si los argentinos hubieran hecho lo que hizo la media de los países del mundo, hubiéramos tenido 30.000 muertos. Pero gracias al ‘Estado que nos cuida y a su ineficiencia’, 130.000 argentinos perdieron la vida”.

Nuevamente cae en falsedades fácilmente demostrables. El periodista y activista informático Mauro Brissio señaló que “A septiembre de 2022, Argentina tenía menos fallecidos cada 100.000 habitantes que vecinos como Perú, México, Chile y Brasil” y agregó que “medida por exceso sobre las muertes habituales entre enero de 2020 y marzo de 2021, Argentina nuevamente destaca en el contexto regional”.

Terminar la escuela

El nuevo presidente no dejó arista social sin mencionar, y una de ellas fue la cuestión educativa, donde apuntó que sólo el 16% de los chicos se reciben en tiempo y forma en la escuela, sólo 16 de cada 100, el 84% no termina la escuela en tiempo y forma”, en referencia al título de una nota del diario La Nación, publicada en el mes de abril.

La nota hace referencia a los datos obtenidos por el Observatorio de Argentinos por la Educación, una organización que se dedica a la promoción del aumento de los recursos nacionales destinados a la educación.

El dato toma otra forma si se observa que Argentina es el país con una de las tasas de escolaridad más altas del mundo: el 52% de los estudiantes terminan el circuito educativo básico formal (primaria y secundaria) en 11 años. Del resto, la mitad (cerca de 25% del total) completa la secundaria más tarde, según el cómputo de 2020. Milei confundió los porcentajes y pasó del 52% de estudiantes que se reciben en tiempo y forma al 16%, donde, a los dichos de Brissio, “mezcló un análisis sobre los conocimientos mínimos de comprensión de textos y matemáticas que esa ONG consideró mensurables, entre muchas metodologías que arrojan otros resultados”.