Hay gestos adustos, preocupación en La Libertad Avanza. A priori, uno se pregunta por qué. Si bien algunos números empiezan a mostrarlos en descenso, todavía las consultoras lo colocan a Javier Milei en la segunda vuelta, incluso muchas, ganando la primera. El misterio empieza a develarse cuando se accede a algunas fuentes que, desbordadas por la situación, casi usan al cronista como un confesor.

«Está fuera de control. Si el debate era hoy, ahí terminaba la campaña», dice una persona muy cercana al atribulado economista. No es posible hacer aseveraciones, ni tampoco está uno en condiciones de diagnosticar a nadie, pero la estabilidad emocional del candidato parece poner en riesgo su futuro. Al fin de cuentas, las chances del espacio se reducen a su líder, nadie puede reemplazarlo y ni siquiera complementarlo. «Justamente, algo que lo puso muy nervioso a Javier es la cantidad de estupideces (la fuente usó otra palabra mas grosera que aquí tratamos de reflejar lo mejor posible) que hizo (Ramiro) Marra en estos días», explican.

La historia parece ser previa. Sin entrar en antecedentes personales, luego de su raid mediático adjudicándose una victoria irreversible, la semana siguiente a las primarias, donde incluso se ofreció a tomar el gobierno si Alberto Fernández no quería seguir gobernando, el candidato habría entrado en cierta crisis, lo que derivó en su misterioso viaje a los Estados Unidos.

«Javier no fue a hacer nada político ahí, estuvo con gente conocida con ascendencia espiritual, que suele se un bálsamo para él. Lo aconsejó Karina (su hermana) y casi que lo metió en el avión. Él volvió mejor», cuenta otra fuente de confianza de quien, según el propio postulante, sería su primera dama en caso de lograr la presidencia.

Por qué se complica la estabilidad de Milei

Pero parece que la estabilidad conseguida no resultó tan duradera como se esperaba. Al volver, dio un par de entrevistas televisivas en las que su agresividad parecía más controlada, aunque seguía acusando periodistas de parcialidad y otras diatribas que le son típicas, pero en aparente control de sus emociones.

Hasta que algunos números empezaron a no ser tan beneficiosos. Eso se conjugó con «metidas de pata» de gente muy cercana, como el mentado Marra, y su estratega de medios, candidata a diputada y cosplayer, Lilia Lemoine; y por fin, a todo eso se sumó lo que parece haber sido el detonante de su nuevo alejamiento de los medios.
Milei fue bañadito, peinadito y perfumadito a su entrevista en la Embajada de los Estados Unidos. Tenía en cifradas en esa reunión enormes esperanzas. Es que su contacto con el Partido Demócrata en el país del norte, el senador Bob Menéndez, hace tiempo que no le atiende el teléfono, lo que fue inquietando al candidato. La expectativa de Milei era que el embajador Marc Stanley recupera ese vínculo y abriese otros. Pero las cosas no salieron del todo bien.

Si bien después de la reunión, ambos la llamaron tibiamente un «buen encuentro», para el libertario no fue tan bueno. El embajador le habría hecho saber que la dolarización propuesta no era del agrado del Departamento del Tesoro y, mucho menos, de la Reserva Federal. En buena parte, porque esa dolarización se haría no con un envío de billetes verdes desde los Estados Unidos, sino con dólares no declarados en poder de argentinos, cuyo origen bien podría ser ilícito, lo que va en contra de la política de combate a la corrupción y especialmente al narcotráfico, que lleva adelante la administración de Joe Biden.
Algunas fuentes, aunque menos creíbles, aseguran que, ya menos peinado, el candidato presidencial habría argumentado que «si los Estados Unidos no me quieren, yo me bajo», a lo que no encontró un respuesta satisfactoria, cuando uno de los diplomáticos que participaban del encuentro, haciendo gala de la sinuosidad de su profesión, habría alegado que su país «no desea tener injerencia en las decisiones políticas internas de otros países». Algo así como: «Hacé lo que quieras», pero a lo diplomático.

Un Milei ausente

Desde esa reunión, Milei desapareció. Hay quienes dicen que, otra vez, por decisión de su hermana, se refugió en ostracismo producto de cierta inestabilidad emocional que está tratando de ser equilibrada para llegar en condiciones de confrontar el debate presidencial. «Vos pensá que si no lo estamos pudiendo mandar a entrevistas con periodistas amigos, en un debate donde le van a tirar de todos lados, es más peligroso. Tenemos un miedo bárbaro», explica la fuente visiblemente preocupada.
En medio de su reclusión, llegó la entrevista pactada con el periodista Fernando del Rincón, enviado especialmente a la Argentina por la CNN para entrevistarlo. Pero el libertario no estaba en condiciones de asistir y, con Del Rincón ya en Argentina, después de un extenso viaje, y a solo 15 horas de la entrevista, se la cancelaron. El entrevistador frustrado hizo un descargo fuerte que se viralizó en redes sociales y que seguramente acumule un nuevo altercado de La Libertad Avanza con los norteamericanos. En definitiva, CNN es una de las grandes cadenas que se la jugó por Biden contra Donald Trump y tiene un peso significativo en el gobierno demócrata.
Habrá que esperar, ahora, cuál es el resultado del aislamiento respecto del fin buscado: llegar al debate presidencial en condiciones anímicas de enfrentar un intercambio de ideas duro, sin estallar en gritos e insultos al primer cruce. «Faltar no puede faltar, eso lo dejaría desnudo frente a los propios incluso, y la moral declinaría, podría ser un golpe fatal. Pero ir en estas condiciones es peligrosísimo también», indica la primera de las fuentes consultadas. Habrá que esperar al domingo para saber qué Milei es el que enfrentará el primer debate presidencial de su vida.