El Equipo de Sacerdotes Villeros -en el marco de los cincuenta años de su creación- decidió ampliarse hacia el conurbano bonaerense y con esta medida estarán presentes en seis arquidiócesis más por fuera de la porteña.

El proyecto se concretó con el traslado de algunos curas desde villas de Capital Federal hacia zonas consideradas vulnerables de la provincia de Buenos Aires.

La movida no fue una decisión política institucional del Episcopado pero tampoco podría haberse hecho en su contra o sin su aval. Fue el propio Papa Francisco quien potenció a este grupo cuando nombró por primera vez en la historia a un cura villero como obispo auxiliar en la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires, Gustavo Carrara.

El ahora llamado “Equipo de Sacerdotes para las Villas de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires” se presentó en sociedad el 12 de mayo en la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31.

La extensión de la cobertura de los curas villeros no busca desconocer el trabajo que ya viene realizando la Iglesia pero es una marca que sirve “para meter más presión” para pedir soluciones, explicaron al portal Infocielo desde este sector.

Este grupo de curas no son totalmente autónomos, ya que cada uno de ellos depende de su obispo o Arzobispo.

El grupo de curas villeros descartó ser antimacrista, pero sin embargo indicaron que en la sociedad “hay hambre y mucha desesperación”.

Además de trabajar en 11 villas y barrios de Capital Federal, ahora estarán en San Martín (Villa La Cárcova y Villa Curita), San Isidro (La Cava), La Matanza (Villa Palito, Puerta de Hierro), Moreno (Villa Trujui), Lomas de Zamora (Barrio Don Orione) y Quilmes (Villa Itatí).

El grupo está conformado por unos 23 curas que mantienen reuniones periódicas -por lo menos una vez al mes- y es una agrupación horizontal, que no tiene jefes.

“Somos Sacerdotes que vivimos en villas y/o barrios populares. De allí que nos conocen como Curas Villeros. Nuestro modo de estar es la cercanía, la amistad, la oración y el trabajo pastoral. En este sentido, nuestra opción profética comienza en el trabajo y las obras”, explicaron en el primer punto de un documento que emitieron.

“Nuestros barrios están poblados de migrantes y reconocemos el valor de la cultura popular de donde provienen. En este sentido favorecemos la cultura del encuentro y apostamos a la integración urbana”, señalaron en otro fragmento del texto.

Por último, pidieron por “una Intervención Inteligente del Estado en los barrios” que “garantice el derecho de los más pobres a una vida digna”. Advirtieron que “el compromiso pastoral los lleva a buscar que se logren las tres “T” (Tierra, Techo y Trabajo)”.