El arzobispo de Salta nombró al vicario judicial Loyola Pinto y de Sancristóval y al cura Héctor Fernando Campero como exorcistas. La información fue oficializada en la propia web del Arzobispado y causó revuelo en la opinión pública. 

“La fe en Jesús se concreta en creer que por su Muerte en la cruz y su gloriosa resurrección ha vencido a la muerte y al pecado. Igualmente, el Demonio sigue empeñado en alejar a las almas de Dios invitándolas, a través de la tentación, a pecar. Por eso, podemos afirmar que ese es el peor de los males y causa de tantos otros. A esto se lo suele denominar acción ordinaria del demonio”, reseñó el Arzobispado salteño en el comunicado en el que informó de la formalización de los dos curas exorcistas.

Además, el Arzobispado aseguró que «el Demonio puede actuar de forma extraordinaria a través de la infección de lugares, la vejación a personas y la más extrema, que es la posesión». 

De este modo, mediante «el ministerio del exorcista», se señala que éste tiene el poder de expulsar los demonios de una persona poseída. Sin embargo, el Arzobispado anunció que mantendrá lo relacionado a este servicio en absoluta reserva y discreción