Una de las reliquias que aún no se conocen a cabalidad de la vida de Jesús en la tierra, es la cuerda de cañamo con la que lo apresaron y que se la conoce como Cuerda Sagrada.

Ana Catalina Emmerick, la beata que vio en una revelación como fue aprehendido Jesús en Getsemaní: «Los alguaciles ataron a Jesús con la brutalidad de un verdugo. Eran paganos, y de baja extracción. Tenían el cuello, los brazos y las piernas desnudos; eran pequeños, robustos y muy ágiles; el color de la cara era moreno rojizo, y parecían esclavos egipcios. Ataron a Jesús las manos sobre el pecho con cordeles nuevos y durísimos; le ataron el puño derecho bajo el codo izquierdo, y el puño izquierdo bajo el codo derecho. Le pusieron alrededor del cuerpo una especie de cinturón lleno de puntas de hierro, al cual le ataron las manos con ramas de sauce; le pusieron al cuello una especie de collar lleno de puntas, del cual salían dos correas que se cruzaban sobre el pecho como una estola, y estaban atadas al cinturón. De éste salían cuatro cuerdas, con las cuales tiraban al Señor de un lado y de otro, según su inhumano capricho».

¿Qué sucedió con las cuerdas que ataron a Jesús?

Se dice que algunos fragmento de estas cuerdas se encuentran en el Monasterio de Timios Stavros (de la Santa Cruz) en Chipre. Dicho monasterio es conocido por la gran cantidad de reliquias que posee en su edificio.

La cuestión yace en como llegaron estas cuerdas hasta ese monasterio. La tradición nuevamente nos lleva a los pasos de santa Elena.

En su viaje de regreso desde Jerusalén, donde fue en búsqueda de la Cruz Verdadera y otras reliquias de Jesús, entre ellas encontró también las Sagradas Cuerdas.

De regreso a Roma pasó por Chipre y por alguna razón, quizás por agradecimiento decidió dejar esa preciosa reliquias a los cuidados de los monjes del monasterio.

Las cuerdas

Este fragmento de cuerda de cáñamo, se encuentra manchado con la Preciosa Sangre de Cristo. Conservada en un importante relicario en forma de cruz.

La cruz de madera, revestida de plata y oro, está decorada con imágenes de la vida de Cristo. En los cuatro extremos, los cuatro evangelistas. Y en el centro, en la intersección de los dos brazos, una puerta dorada permite ver los ‘Agios Kanavos’ (la cuerda sagrada de cáñamo).

El monasterio, además de la Sacra Cuerda, también alberga otras reliquias importantes, como el cráneo de San Felipe y la pequeña cruz descubierta en la cueva.