El Papa Francisco, recordando el pasaje del Evangelio en la que el rico se burlaba del pobre lázaro, ha emitido unas palabras bastantes duras con aquellos ricos que pagan bajos sueldos a los trabajadores, llegando a decir que «cuando las riquezas se logran con la explotación de la gente, esos ricos explotan el trabajo de la gente y la pobre gente se vuelve esclava».

«Los que se enriquecen explotando a la gente con el trabajo son como sanguijuelas: es pecado mortal», así lo ha expresado el Papa Francisco. La primera lectura del día, de la Carta de Santiago (5,1-6), es una firme advertencia para los ricos que acumulan dinero explotando a la gente.

«Las riquezas en sí mismas son buenas, pero son relativas, no una cosa absoluta. Se equivocan los que siguen la denominada teología de la prosperidad, según la cual «Dios te hace ver que andas en justicia, si te da tantas riquezas».

Según el Sumo Pontífice, «el problema no es el de atacar las riquezas, porque no se puede servir a Dios y a las riquezas, que se pueden volver cadenas, que quitan la libertad de seguir a Jesús. Como dice el Apóstol Santiago: sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo».