El engaño del canal de comunicación de los demonios, consiste en es hacerse pasar por almas de seres fallecidos, que pueden ser invocados por familiares, a través de excusas que se fueron desarrollando a través de la historia.

Existen indicios de que ya Pitágoras, de alrededor del año 540 a. C en Grecia, utilizaba una tabla mística que componía mensajes, en apariencia provenientes de entes invisibles, que le daban conocimientos novedosos.

También existen crónicas Chinas, que aseguran que alrededor del año 340 a. C, se usaba en el oriente una tabla rodeada de piedras, que permitía la comunicación con espíritus invisibles.

Se trataba de un largo ritual que incluía ayunos sacramentales y ofrendas, para asegurar que los ancestros pudieran expresar sus visiones sobre el pasado y el futuro.

Y en occidente los primeros datos de este instrumento para abrir el canal de comunicación aparecen en Francia, cuando el psíquico Planchette creó una tabla, a través de la cual aseguraba comunicarse con los fallecidos.

Adolphus Theodore Wagner fue el primero en patentar los llamados tableros parlantes, en Londres.

En 1861, el espiritista francés Allan Kardec promocionó que los tableros, ya usados caseramente desde años antes, facilitaban la apertura al mundo de los espíritus.

Y se les empezó a llamar Ouija, una combinación de los vocablos en francés y alemán para la afirmación sí: es decir oui y ja.

Posteriormente, el norteamericano Elija J. Nond le hizo algunas modificaciones y la vendió como curiosidad de Feria en Nueva York.

Y hoy en día, la tabla Ouija es producida por Hasbro, que comercializa el producto como una forma de comunicarse con el «mundo de los espíritus». El tablero consta de las letras del alfabeto, las palabras «sí», «no», «adiós» y los números del cero al nueve. Para operar el mismo, una persona o varias colocan sus manos sobre un puntero, que supuestamente hace que los espíritus puedan deletrear las respuestas a las preguntas que se les hacen.

Se trata de un instrumento central en las creencias del espiritismo, una corriente que considera que los espíritus de los difuntos, pueden y están ansiosos, de comunicarse con los vivos. Y que no es un pecado realizar esfuerzos para tratar de contactarse con los muertos, como considera el cristianismo.

Mientras que otros dicen ingenuamente que tu cerebro puede crear inconscientemente imágenes y recuerdos, y mueven el puntero de la Ouija.

Esta tabla permitió que las sesiones espiritistas no sólo fueran más rápidas sino también más exactas desde finales del siglo XIX.

Y reafirmó la creencia sobre la posibilidad de vida después de la muerte y que comunicarse con los muertos era sencillo mediante este canal.

Sin embargo pronto la opinión pública comenzó a preguntarse con quién se estaban comunicando realmente en ese canal.

En 1921, el New York Times informó que una mujer de Chicago había sido internada en un hospital psiquiátrico debido a que los espíritus «le susurraban secretos sobre su madre muerta».

Y en 1930, los lectores de los periódicos se conmocionaron ante el relato desconcertante de dos mujeres que mataron a otra, siguiendo instrucciones de un espíritu con el que habían entablado comunicación a través de la Quija.

La Ouija comenzó a ser vista entonces con recelo, como una puerta abierta a lo desconocido, que podía conducir a entablar un diálogo con voces que tal vez no eran quienes decían ser.

Y esto se confirmó con el libro de 1971 «El Exorcista» de William Peter Blatty, que luego se convirtió en la famosa película de 1973 con el mismo nombre.

El libro está basado en una historia real de un exorcismo realizado en 1949, a un joven adolescente de Maryland, que había sido poseído demoniacamente, por tratar de comunicarse mediante la Ouija, con su tía recientemente fallecida, que era espiritista.

En los últimos años se han acumulado testimonios de personas que usaron la Ouija y experimentan serios trastornos espirituales, emocionales, psicológicos y físicos.  En los que abundan casos de pánico, angustia, depresión, insomnio.

Y en muchos casos sus familiares y amistades lamentan que la persona haya dado un cambio tan fuerte hacia el mal, y que ya no son las mismas.

Se han visto muchos casos en que el sujeto se envicia con la Ouija y pierde el discernimiento de tal manera, que justifica su uso aun cuando percibe graves daños a su persona.

Muchos sostienen que la tabla Ouija está lejos de ser inofensiva y que realmente funciona contactando espíritus. Pero, en muchas oportunidades esos espíritus que son contactados, son malvados.

Numerosos testimonios indican que los espíritus que contestan a las preguntas que se le hacen en la Ouija, cuando funciona, pueden proporcionar al principio un mensaje atractivo relacionado con la felicidad, el dinero, algún dato que la persona desconocía, etc.

Pero luego desemboca progresivamente en amenazas, y un proceso de sugestión que causa violencia, desesperación, invitaciones a desobedecer a Dios a cambio de alguna oferta de bienestar o riquezas, y siempre en trastornos emocionales.

Los exorcistas manifiestan que cualquier comunicación que se produzca, a través de una tabla Ouija, no es con un pariente que te desea lo mejor desde el más allá, sino con un espíritu maligno, un demonio, que te quiere engañar.

De modo que jugar a la Ouija abre el canal de comunicación con los demonios, que comienza con diversión pero que puede terminar mal. Y en algunos casos necesita la ayuda de un exorcista para solucionarlo.