La glándula tiroides es la encargada de secretar hormona tiroidea, para que esta entre en circulación y llegue a todas las partes del cuerpo. Las hormonas tiroideas ayudan al cuerpo a utilizar energía, mantener la temperatura corporal y a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen normalmente. La glándula tiene forma de mariposa y se ubica en la parte de adelante del cuello.

Al igual que todos los órganos del cuerpo, la tiroides puede desarrollar diversas patologías, de mayor o menor gravedad de acuerdo a cada caso particular, al diagnóstico y al tratamiento que reciba el paciente.

Una de las más nombradas es el hipotiroidismo, sobre todo en las mujeres. Se trata de una enfermedad que provoca la dismimución de las hormonas tiroideas, dado que la glándula no funciona correctamente y secreta niveles menores de los óptimos. Los síntomas de esta enfermedad son diversos, pero se suele caracterizar por la disminución del ritmo cardíaco, ralentización del tránsito intestinal, cansancio constante, aumento de peso y disminución del deseo sexual.

No obstante, existen otros trastornos que pueden provocar que la glándula deje de funcionar al 100%, incluso con sintomatología y manifestaciones diferentes.

El hipertiroidismo

El hipertiroidismo es una enfermedad provocada por el aumento de la concentración de las hormonas tiroideas, hasta alcanzar niveles que superan los valores regulares. Se trata de un trastorno que provoca la aceleración de muchas funciones del organismo como el aumento de la temperatura corporal y del ritmo cardíaco, temblores, pérdida de peso y ansiedad.

El bocio

El bocio es una enfermedad que provoca el aumento del volumen de la glándula tiroides. Por lo general, se trata de un aumento leve, aunque en algunos casos puede ser más significativo e incluso provocar molestias al ingerir los alimentos.

La causa más frecuente de bocio es la falta de yodo en la dieta, por lo que en muchos países o regiones donde esta sustancia escasea se agrega a la sal para que la población tenga la dosis necesaria. También se puede asociar a otras patologías de la glándula, como el hipertiroidismo, aunque no siempre implica que la tiroides esté funcionando incorrectamente. Sin embargo, es importante realizar los estudios pertinentes, de modo tal que se pueda descartar -o tratar, si es el caso- la patología de fondo.

Los síntomas más frecuentes son la hinchazón visible en la base del cuello -donde se ubica la glándula-, que se puede hacer más evidente cuando la persona se maquilla o se afeita, por ejemplo. A su vez, el bocio suele provocar tos, ronquera y, en los casos más avanzados, dificultades para tragar o respirar.

La tiroiditis

La tiroiditis -al igual que todas las patologías que finalizan con el sufijo itis– es una inflamación de la tiroides. Esta enfermedad incluye un grupo de trastornos individuales que causan inflamación de la glándula y provocan distintas presentaciones clínicas.

Existen diversos tipos de esta patología, por lo que cada una de ellas tiene su denominación, síntomas y manifestaciones particulares.

La tiroiditis de Hashimoto se encuentra entre las manifestaciones más comunes, según indica un artículo publicado por la American Thyroid Association (Asociación Americana de Tiroides). En general se produce por una enfermedad autoinmune y si se mantiene en el tiempo hace que el paciente desarrolle hipotiroidismo.

La tiroiditis subaguda también se encuentra entre los tipos de inflamación de glándula tiroides más comunes. La causa puede ser viral y puede provocar dolor en la glándula y tirotoxicosis seguida de hipotiroidismo.

Por último, la tiroiditis post parto es otro de los tipos de este trastorno. Se presenta, obviamente, en mujeres que acaban de dar a luz y suele ser provocada por anticuerpos antitiroideos o por enfermedades autoinmunes. Las principales consecuencias de este tipo de enfermedad son el hipotiroidismo y la tirotoxicosis -una condición que se produce cuando la glándula emite cantidades excesivas de la hormona tiroidea, que conduce a niveles elevados en el torrente sanguíneo; se suele relacionar con el hipertiroidismo-.

Los nódulos tiroideos

El término nódulo tiroideo hace referencia a cualquier crecimiento anormal de las células tiroideas formando un tumor dentro de la tiroides. La aparición de este tipo de anomalías se da con cierta frecuencia. Por lo general, estos nódulos son pequeños, no causan dolor y resultan benignos. Sin embargo, una pequeña cantidad de pacientes pueden desarrollar patologías malignas a partir de este tipo de nódulos.

El cáncer de tiroides

El cáncer de tiroides es una patología poco frecuente que, por lo general, se manifiesta con la aparición de un nódulo en la base del cuello. Por lo general, el nódulo es muy duro y se presenta acompañado de una inflamación de los ganglios del cuello.

Este tipo de cáncer, al igual que sucede con otras patologías oncológicas, se relaciona a ciertos factores de riesgo que pueden predisponer a la perdona a desarrollarlo. El sexo y la edad son dos de los principales elementos que pueden intervenir en el paciente y aumentar las probabilidades de desarrollo de esta enfermedad. Según la American Cancer Society (Asociación Americana de Cáncer), se suele manifestar tres veces más en mujeres que en hombres. Por su parte, los antecedentes personales y familiares también pueden funcionar como factores de riesgo.

En todos los casos, quienes se encuentren dentro de los grupos con mayores probabilidades de desarrollo de esta patología, deben realizar los controles pertinentes con la frecuencia indicada por el médico especialista, con el objetivo de prevenir la enfermedad.

Fuente: healthandtech.iprofesional.com