Alrededor de 190 mil argentinos sufren quemaduras por año, de las cuales el 10 por ciento  son graves o críticas, cerca de la mitad de los casos se da en niños y la mayoría ocurren en el hogar.

En ese contexto, se presentó en el país un nuevo tratamiento que mejora significativamente el abordaje de las quemaduras severas.

Se trata de un producto compuesto por un complejo enzimático que el médico especialista aplica sobre las quemaduras.

El proceso de debridación enzimática, mediado por este complejo, disuelve el tejido dañado producto de una quemadura severa, dejando tejido viable y limpio, lo que favorece la recuperación de la piel sana y reduce notoriamente la necesidad de injertos y la cantidad de cirugías complejas.

Este producto está aprobado en muchos países desarrollados como Alemania, Israel, España y ahora también en nuestro país, y está generando un cambio revolucionario en el tratamiento hospitalario de las quemaduras.

«(A nivel mundial) las quemaduras continúan representando el modelo más severo de lesión traumática, siendo un desafío considerable ofrecer el tratamiento adecuado para mantener la vida, la función y la recuperación psicofísica», reconoció Anahí Crocenzi, cirujana plástica especialista en quemados y Jefa de Unidad de Internación de Adultos en el Hospital de Quemados.

Crocenzi señaló que la evolución en el tratamiento de las quemaduras en los últimos años demuestra «una clara preocupación por disminuir el impacto que puede ocasionar la propia cirugía sobre la lesión y acortar los tiempos de internación, así como disminuir las secuelas».

Hasta hace poco tiempo, la mejor manera de separar el tejido quemado de la piel sana en la zona afectada era a través de una cirugía, con un bisturí directamente sobre la lesión.

Esta tarea artesanal del cirujano sigue vigente, pero presenta algunas desventajas, ya que el profesional debe asegurarse de que elimina todo el tejido quemado o muerto (para evitar infecciones) y por esto se puede tender a «quitar» de más, lo que conlleva a la pérdida de valiosos queratinocitos, que son células muy importantes para la regeneración de la piel.

Este producto para la debridación selectiva ya disponible en el país, es el primero aprobado por los agentes regulatorios nacionales, capaz de disolver el tejido muerto, conservando el tejido sano de forma eficaz sin que esto implique un proceso traumático.

Este complejo concentrado de enzimas enriquecidas con bromelaína, obtenida del tallo de la planta del ananá, se presenta como un gel tópico y su uso ya fue aprobado en Europa, en Israel y otros países, incluido el nuestro, donde, desde esa instancia, comenzó a utilizarse.

Ya hay dos instituciones con centros especializados en quemaduras que lo utilizan: el Hospital Alemán y el Hospital Marcial V. Quiroga de San Juan.

A esto se suman especialistas que han hecho sus experiencias en instituciones privadas a demanda, como sucedió recientemente en el Sanatorio de Los Arcos y el Sanatorio Agote, adonde recibieron casos severos en los que se utilizó esta nueva herramienta.

Alberto Bolgiani, médico especialista en quemados y Jefe del Centro de Excelencia para la Asistencia de Quemaduras del Hospital Alemán (CEPAQ), sostuvo que es «una forma absolutamente innovadora de abordar la cirugía del quemado» y destacó que «tardará algún tiempo para que todos los especialistas la adopten».

«Pero los beneficios que uno ve en los pacientes hacen pensar que en un futuro será el tratamiento de referencia para separar el tejido muerto protegiendo las células cutáneas sanas», remarcó Boligiani en diálogo con NA.

Por su parte, Martín Cobos Maldonado, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital ‘Marcial V. Quiroga’ de San Juan, explicó que «el complejo enzimático es muy novedoso» y se mostró confiado «en que se siga avanzando para que se puedan ampliar los protocolos actuales».

 Beneficios demostrados

– Reduce un 74,7% el tiempo necesario para eliminar las escaras, el tejido muerto (casi una semana).

– Reduce un 65% la demanda global de actos quirúrgicos en un paciente, tanto de escarectomías (extracción de tejido) como de autoinjertos.

– Reduce un 60,9% el área que necesitará injerto de piel, puesto que sólo diluye las células necrosadas, sin dañar nada del tejido sano, como sí lo hace la extracción de escaras quirúrgicamente con un bisturí.

«Menos área que requiera autoinjertos redundará en menos cirugías, menos intervenciones de zonas donantes, menos daño funcional o estético y menos tiempo de rehabilitación posterior; todo en beneficio de la sobrevida y la calidad de vida del paciente», especificó el Dr. Bolgiani.

Asimismo, Crocenzi, dijo que la posibilidad de reemplazar o coadyuvar procedimientos quirúrgicos con debridamiento enzimático «aceleró los tiempos de curación -con o sin injertos- permitiendo curaciones posteriores que no requirieron soporte anestésico, con curaciones húmedas que facilitaron la rehabilitación kinésica precoz, disminuyendo los requerimientos de transfusiones, el tiempo de internación en la institución y los costos finales».

Según remarcó Crocenzi, la atención del paciente quemado está avanzando continuamente con el desarrollo de nuevos tratamientos: «la utilización de los recursos debe buscar un equilibrio entre el beneficio para el paciente y los costos del mismo, toda persona tiene derecho a disponer del mejor y más adecuado tratamiento disponible».

Cinco etapas del tratamiento del paciente quemado

Lo primero que debe hacerse ante una quemadura es identificar rápidamente la gravedad del cuadro, por lo que Cobos Maldonado remarcó que «siempre es preferible que un profesional idóneo asista y evalúe al paciente tanto ante quemaduras leves como en las más graves».

Éstas se diferencian por la coloración que toma la herida. Si sólo presenta algún grado de enrojecimiento, seguramente sea una lesión más leve, pero si presenta ampollas o una coloración intensa, es factible que la quemadura sea severa», dijo.

En todo paciente quemado, las primeras 24 horas tras el incidente marcan el pronóstico, por lo que «es necesario realizar un adecuado diagnóstico de la profundidad de la quemadura (hasta dónde llega la lesión) y de su extensión (superficie corporal quemada)».

La gravedad está directamente relacionada con la temperatura y la duración de la exposición al agente que la causó.