Bangladesh dio luz verde al uso de una isla desierta en el golfo de Bengala para instalar a los refugiados rohinyás, un proyecto que ha suscitado críticas de los defensores de los derechos humanos.

Ese anuncio se produce días después de la firma de un acuerdo con Birmania para permitir la repatriación de refugiados. El éxodo de los musulmanes rohinyás, que huyen por centenares de miles de la violencia en el oeste de Birmania, ha sido calificado por la ONU como una depuración étnica.

El plan consiste en instalar a una parte de los 800.000 refugiados en la isla deshabitada de Bhashan Char, a partir de mayo.

Se trata de una isla formada por aluviones de arena, que sería acondicionada mediante una inversión de cerca de 235 millones de euros que ya ha sido aprobada por el gobierno. «Al principio serán desplazadas unas 100.000 personas a la isla. Esperamos que las obras del proyecto estén concluidas a mediados de 2018», declaró un alto funcionario de planificación, Ziaul Islam.

Bhashan Char -anteriormente conocida como Thengar Char- apareció hace una década, y se formó a partir de la arena que arrastra el río Meghna. No figura en muchos mapas. Los opositores al proyecto denuncian el aislamiento de la isla y las condiciones naturales hostiles, ya que es proclive a inundaciones.

Por el momento, la isla solo cuenta con dos helipuertos y una pequeña carretera construida por el ejército.