Por: Alejandro Maidana

“Solamente los anarquistas, sabrán que somos anarquistas y les aconsejaremos que no se llamen así para no asustar a los imbéciles.” Ricardo Flores Magón

La esquina de Carriego y el pasaje Marcos Paz, alberga desde el 2013 el archivo más importante y profundo del pensamiento revolucionario. Su nombre es en claro homenaje a Alberto Ghiraldo, un intelectual que conoció de pequeño las penurias de la clase obrera y desde su militancia y su pluma, intentó cambiar el destino de la misma.

Este maravilloso escritor, periodista y abogado, participó activamente en la revista “Martín Fierro” y en la dirección de “La Protesta Humana”, órgano militante del anarquismo argentino. Pero Alberto Ghiraldo no solo era dueño de un pensamiento de avanzada, también expuso su cuerpo en la Federación Obrera Regional Argentina (FORA).

Decidió viajar a España donde siguió con sus producciones para el teatro, el periodismo y la política sin dejar de ser perseguido y cuestionado. Su último terruño fue Santiago de Chile, donde vivió sus últimos doce años hasta que feneció en 1946.

biblio4editEL NACIMIENTO DE LA BIBLIOTECA Y DEL ARCHIVO HISTÓRICO

Sus comienzos se remontan a 1946 cuando se forma la Unión Socialista Libertaria, sección local de la Federación Libertaria Argentina. Es allí cuando sus militantes deciden que lleve el nombre del gran luchador ácrata que falleciera ese mismo año.

Cabe destacar que recién se hace público con la dictadura de Onganía (1966-1970) por la necesidad de sortear la represión y persecución estatal. Luego, durante la dictadura militar iniciada en 1976 debe mudarse a un domicilio particular, donde en 1981 todo su material es secuestrado por el Ejército Nacional. Afortunadamente, y a diferencia de otros casos, el material no fue quemado para luego ser restituido en 1983 por el Gobierno parlamentario.

Después de organizar y clasificar el material recuperado, en 1986 reabre la Biblioteca en la dirección de Callao 314, esta vez además como archivo histórico-social, tal cual la conocemos hoy en día.

El quiebre social del 2001 generó un impacto notable en la composición de socios y socias de la Biblioteca. Los mismos participaron activamente en asambleas barriales, en profundo debates para compartir diferentes puntos de vistas sobre una situación económica que aplastaba a los sectores más vulnerables.

Diferentes acontecimientos hicieron que los traslados sean casi permanentes por el centro de la ciudad, hasta poder consolidar su presencia en barrio Azcuénaga desde el 2013 hasta estos días.

NO HAY FRONTERAS BARRIALES PARA ESTE TRABAJO

“Nuestra intención no ha sido asentarnos en un barrio en particular, para quienes habitan una zona en particular. Nuestra intención es acercarnos, conocernos, debatir y coincidir con aquellos que entiendan que el Estado y el Capital son los enemigos más poderosos”, esto marcaba como punto importante uno de los integrantes del Staff en dialogo con Conclusión.

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“Ustedes tendrían que estar en un barrio” de manera imperativa y en más de una oportunidad nos has interpelado el amplio sector de la izquierda. “Siempre nos ha sorprendido esta mitificación que tienen sobre “el barrio”, lugar abstracto que pareciera ser todo lo que no es el centro y donde las propuestas serían mejor recibidas“, enfatizaba.

Dentro de la Biblioteca se respira lucha y estoicismo, el grupo que trabaja en el mantenimiento y clasificación del archivo reparte su vida entre sus actividades particulares y la pasión por conservar la historia. El lugar cuenta con más de 3.000 ejemplares entre clásicos y novedades, textos en italiano escritos por los primeros anarquistas que llegaron al país y otros en diferentes lenguas. “La oveja negra” es el boletín que mensualmente saca el lugar y que lleva más de dos años de vida.

La oferta es amplia y enriquecedora por donde se la mire, charlas-debate, presentaciones de libros y proyecciones audiovisuales, son solo algunas de las actividades que brinda el lugar.

La Biblioteca y Archivo Histórico-Social “Alberto Ghiraldo”, es un espacio donde los libros son un punto de encuentro, porque no son solo libros, sino la memoria de la especie humana.