La realidad económica de Bolivia cambió con la nacionalización de la industria de hidrocarburos el 1 de mayo de 2006.  Sin embargo, a 11 años de este importante paso, los planes de inversión de Evo Morales en el sector alcanzaron cifras millonarias.

A pesar de la crisis provocada por la caída del precio del crudo, durante el 2016 Bolivia cerró sus índices de producción por encima de 60 millones de metros cúbicos de gas natural por día.

En más de una década el sector público se ha beneficiado notablemente con la inversión directa, cerca de 3,5 millones de bolivianos poseen servicio de gas domiciliario, cuando en 2005 solo existían 40.000 instalaciones.

En este sentido, el gobierno boliviano tiene proyectado hasta el 2020 una inversión de más de 12 millones de dólares para el sector de hidrocarburos y al menos cinco millones al aumento de la generación de energía eléctrica.

Según los estudios, especialmente los realizados por la empresa canadiense GLJ Consultants, se proyecta que en los próximos cinco años las reservas probadas de gas natural aumentarán hasta 17,45 trillones de pies cúbicos (TCF) y la producción será un mínimo de 73 millones de metros cúbicos día (MMmcd).

Proyectos futuros

Uno de los proyectos más importantes en desarrollo es la construcción de la primera planta de propileno y polipropileno que se instalará en la provincia de Gran Chaco, ubicada en el sur de Bolivia. Según lo calificó el presidente Evo Morales, será el complejo petroquímico más grande de su nación.

El presidente de la estatal petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Guillermo Achá, explicó que esta planta permitirá crear al menos cuatro mil empleos directos y unos diez mil entorno al complejo petroquímico. Además, más de 500 millones de dólares forman parte de la inversión para desarrollar este mega proyecto.

Por otro lado, la oferta energética será significativa a través de los nuevos proyectos de generación: la hidroeléctrica Carrizal, Cambarí y Huacata, ampliación de la Termoeléctrica del Sur, generación eólica de La Ventolera y solar de la zona alta.

Estos proyectos que se desarrollarán hasta el 2025 implican un excedente de capacidad instalada de 930,16 MW, que se destinarían a la exportación de energía eléctrica o al desarrollo industrial departamental.