Preocupación en la provincia por el derrame de aceite de soja en el río Paraná. Es que ayer la empresa de agronegocios Bunge dejó abierta una válvula y tras la rotura de una bomba, 800 litros de aceite llegaron al río, a la altura de Puerto General San Martín. El derrame llegó hasta las aguas del arroyo San Lorenzo, que desemboca a pocos metros.

En ese sentido, el secretario de Ambiente de Santa Fe, César Mackler, aseguró que la empresa será sancionada porque incurrió en varios errores, entre ellos “la imprudencia de tener esa válvula allí y el posible daño que pudiera haber causado y por no haber avisado a la autoridad de aplicación que es el ministerio de Ambiente”. “Nos enteremos por los diarios”, agregó indignado.

Asimismo y en contraposición a lo expresado por Bunge, Mackler dijo que “una sustancia sea biodegradable o no tóxica no quiere decir que de por sí no sea contaminante”. Aunque la firma tiene a su favor haber logrado quitar casi la totalidad del material derramado y que el restante se diluyera.

De todos modos, el funcionario alertó que si esa misma sustancia se derramaba en un curso de agua más pequeño, habría sido, muy probablemente, contaminante.

“Esto no quiere decir larguemos todo lo que queremos (porque se va a biodegradar y diluir en el agua), hay que controlar los afluentes”, enfatizó y se refirió también al impacto ambiental del actual modelo de producción.

“Hay un estudio del río Paraná que hizo el Conicet que tiene que ver con agroquímicos. Estamos en un sistema productivo que usa millones de litros de glifosato por cosecha y es lógico que la primera degradación en algunos lugares aparezca en las aguas del Paraná”, observó y opinó, en contacto con LT2,  que si bien la situación no es alarmante, es necesario “rever el modelo productivo”.

Gran mancha de aceite en el Paraná a la altura de San Lorenzo