Por Alfredo Zaiat

La deuda en pesos y en dólares emitida por el gobierno de Mauricio Macri en el mercado local e internacional no suma 44 mil millones de dólares en lo que va del año.

Ni serán los 50 mil millones de dólares que calculan analistas para fin de 2016. Hasta el último día de octubre la nueva deuda emitida en once meses de gestión de la dupla Alfonso Prat Gay – Federico Sturzenegger totalizaba 87 mil millones de dólares.

Hasta fin de año superaría los 90 mil millones de dólares. Este monto impactante se integra con una cuenta que no se contabiliza en las evaluaciones corrientes pero que debe sumarse para dar cuenta de la magnitud del endeudamiento público: la emisión de Lebac.

Es la deuda que está acumulando a mucha velocidad el Banco Central y que es aún más inquietante que la colocada por el Ministerio de Finanzas puesto que es de cortísimo plazo.

El actual stock de Lebac está generando pagos de intereses en pesos equivalentes a 1000 millones de dólares mensuales, monto que se acelera a medida que se incrementa esa deuda que se ha convertido en la cadena de la felicidad para el mundo de las finanzas.

Si cualquier analista local o del exterior, ortodoxo o heterodoxo, hubiera planteado antes de las elecciones presidenciales un escenario económico 2016 con la posibilidad de emitir deuda (Nación, provincias, empresas y BCRA), en pesos y en dólares, por un total de 87 mil millones dólares en apenas once meses, no habría dudado de que quien estuviera al frente del gobierno estaría en condiciones de desplegar una fiesta económica y asegurarse el poder por más de un mandato.

Pero esa bonanza global no se ha presentado. En lo que va del gobierno de Macri se ha sumado esa inmensa masa de recursos pero la economía se ha sumergido en una recesión fuerte. Y las dudas políticas aparecieron en el amplio dispositivo de propaganda oficial con miras a las elecciones de medio término del año próximo.

En 2017 continuará el festival de la deuda. Un reporte del agente del mercado financiero Research for traders calculó que por el pago de intereses (9217 millones de dólares), el vencimiento de capital (28.520) y el financiamiento del déficit fiscal previsto en el Presupuesto de 4,2 del PIB (23.052) la emisión de deuda será de por lo menos 60.790 millones de dólares.

El saldo en dos años sería entonces de unos 150 mil millones de dólares. El endeudamiento desenfrenado es utilizado por el gobierno para pagar deudas, entregar divisas para la fuga de capitales y para cubrir el déficit gemelo (fiscal y comercial).

Respecto al desequilibrio comercial creciente, el endeudamiento facilita el pago del incremento de las importaciones de bienes de consumo final que desplazan a la producción nacional.

O sea, los empresarios nacionales que estaban desesperados por comprar dólares sin restricciones ahora lo pueden hacer, pero otros empresarios también lo pueden hacer para comprar en el exterior productos que hunden en la recesión a los empresarios dedicados a la producción nacional.

Ambos hoy pueden comprar los dólares que aporta la deuda, aunque sólo pueden estar aliviados los importadores.