Este lunes se conoció la decisión del juez Edgardo Fertita de condenar a Luis «Pollo» Bassi y Facundo «Macaco» Muñoz por el homicidio de Juan Pablo Colazo ocurrido en 2012 en Villa Gobernador Gálvez, y a Milton Damario bajo los cargos de falsificar documentación

El magistrado sentenció a Bassi  y a Muñoz a 16 y 14 años de prisión respectivamente, en tanto a Damario lo condenó 3 años.

El crimen tuvo lugar en noviembre de 2012, en las inmediaciones de Bordabehere al 1400, en la ciudad de Villa Gobernador Gálvez. Juan Pablo Colazo recibió un tiro en la cabeza a pocos metros de su casa. Llevaba puesto un chaleco antibalas y calzaba una Browning 9 milímetros, que no le sirvieron para proteger su vida.

El caso

Juan Pablo Colazo fue baleado en la madrugada del viernes 16 de noviembre. La policía lo encontró a pasos de su casa gravemente herido. Tenía un tiro en la cabeza y varios impactos en las piernas. Junto a él se halló una escopeta calibre 12.70 de uso militar y un Peugeot 307 gris, con todas las puertas abiertas y la música a todo volumen. Murió horas después.

No fue el primer ataque que sufrió. Una denuncia asentada en Tribunales un día antes daba cuenta de dos atentados anteriores, ocurridos dos días antes, en los cuales lo hirieron de un disparo en la pierna y  balearon su casa de calle Bordabehere.

El miércoles 14, por la tarde, en Villa Gobernador Gálvez, en al intersección de San Martín y Eva Perón, Colazo recibió un impacto de bla en la pierna, producto de un ataque no esclarecido. También fueron alcanzados por las balas el frente de una concesionaria de motos y un auto que estaba allí estacionado. En la escena se recuperaron vainas calibre 11.25 y 9 milímetros y plomos compatibles con un proyectil calibre 38. Según los testimonios recogidos, el ataque provino de una camioneta. Media hora más tarde, otro ataque se desató en otra zona de la vecina ciudad. Varias ráfagas de balas llovieron en la zona de Oppici y Soldado Aguirre. Y horas después, un tercer ataque tuvo lugar en la calle Bordabehere, en el frente de la vivienda de Colazo que recibió 24 impactos de un arma de gran calibre. Esa fue la última vez que su familia lo vio con vida. Finalmente, pasadas unas pocas horas, la muerte le dio alcance.

Las hipótesis del homicidio abonan a dos teorías: una, tal vez la de más peso, apuntaba a la feroz interna que en esos años atravesaba la hinchada de Newell’s. La otra es que halló la muerte intentando vengarse por haber sido baleado en la pierna.