Otra extensa jornada tuvo lugar en la Sala de audiencia Nº 2 de los Tribunales Provinciales en la que llevan a cabo las audiencias del juicio oral y  público por el asesinato de Claudio «Pájaro» Cantero, ocurrido en mayo de 2013 y que puso en el banquillo de los acusados a los integrantes del llamado «Clan Bassi»: Luis Bassi, Milton Damario, Facundo Muñoz y Osvaldo Zalazar.

En una audiencia signada por los tensos cruces entre la fiscalía y los abogados defensores particularmente, por la presentación de algunos elementos probatorios, dos testigos, entre los siete que desfilaron por la sala y que incluyeron a los médicos forenses y al comisario Adrián Forni, tuvieron el protagonismo. Por un lado, Yamila Mena, la hermana de Luis Lisandro Mena, el joven que se encontraba junto al «Pájaro» Cantero cuando fue asesinado y que, de hecho, también resultó herido esa noche frente a Infinity. Es de importancia señalar que, siete meses después, en vísperas de Navidad, Lisandro finalmente fue asesinado con varios disparos cuando se desplazaba en moto en la zona del casino City Center. Por otro lado, el otro testigo que generó controversia entre los letrados de la parte acusatoria y la defensa fue Facundo Villagra, jefe de la Unidad de Análisis de Información del Ministerio Público Fiscal de la ciudad de Buenos Aires.

Villagra  fue el encargado de las complejas pericias de entrecruzamientos de mensajes y llamadas ocurridos en los días previos y posteriores al asesinato de Claudio Cantero, surgidas de los seis teléfonos que forman parte del cuerpo de evidencias presentados por la fiscalía. La labor de Villagra consistió en el análisis de más de 600.000 comunicaciones y su valor probatorio fue altamente resaltado por la fiscal Cristina Herrera, quien señaló que el trabajo del analista y el software utilizado por el mismo, altamente sofisticado, permite saber días y horarios en que se realizaron las llamadas.

La presentación de Villagra fue duramente objetada por los defensores, que se negaban a que el mismo utilizara una computadora que contenía el software en cuestión y que, por cuestiones técnicas, no puede correr en cualquier ordenador. Sin embargo, los jueces coincidieron con la fiscalía en permitir al analista realizar la presentación.

A su turno, Yamila Mena defendió a su hermano, negó que tuviera una relación íntima con Cantero, si bien aceptó que se conocían del barrio, pero enfatizó que no eran amigos y que Lisandro era «un chico que estudiaba y no tenía antecedentes».

La joven respondió a las preguntas de la fiscal Herrera y relató detalladamente lo que ocurrió aquella noche de mayo de 2013, desde que le avisaron que su hermano había sido baleado.

«Nos avisaron unos chicos que estaban en el baile esa noche y nos fuimos en un remis con mi mamá al Roque Saénz Peña. Cuando llegamos allí lo estaban trasladando al Heca, por la gravedad de las heridas. Así que fuimos atrás de la ambulancia», relató Yamila.

«Desde que llegamos al Heca, mi hermano nos empezó a pedir que entremos con él, que no lo dejemos solo porque tenía mucho miedo y la policía le decía cosas y lo trataba mal. Nos pedía por favor que lo saquemos de ahí, que tenía miedo. Lo sacamos del hospital porque firmó un alta voluntaria, aunque tenía que curarse las heridas, pero se quería quedar en casa, ni siquiera quería ir al dispensario que está cerca de mi casa para que lo curen. Me dijo que tenía miedo porque hubo una muerte y el único testigo era él».

En cuanto a lo ocurrido esa noche, Yamila Mena señaló que su hermano le contó lo ocurrido esa noche cuando la ex mujer de Cantero, Lorena Verdún fue a hablar con él para averiguar que había ocurrido. «El me contó que estaba en el boliche Yamper y que Cantero los invitó a Infinity, en Villa Gobernador Gálvez. Cuando llegaron se bajaron para hacer pis junto a un portón y en ese momento Cantero también devolvió. En ese momento mi hermano se dio vuelta, estaba mirando a la calle y vio una chata negra que se acercaba y les dispararon, explicó la joven.

Cuando la fiscal Cristina Herrera le preguntó si Lisandro había identificado a los que dispararon la joven afirmó, sin dudar: «él me dijo que estaba mirando a la calle y vio a las personas que le dispararon, y vio que eran Milton Damario y Macaco». La joven contó que su hermano conocía a los imputados del «baile».

La posterior repregunta llevada adelante por los defensores no arrojó más datos, salvo que la joven reafirmó que Lisandro, ni nadie de su familia tenía razón con los Cantero, y que no era amigo del Pájaro.

Yamila también relató que, cuando su hermano estaba en su casa herido, poco después de la balacera que le costó la vida a Claudio Cantero, su casa fue allanada y su hermano detenido.

«Vino la policía con una orden de allanamiento, porque supuestamente había ido a balear una casa. Pero la policía no encontró nada, buscaban un arma y no lo encontraron. Y mi hermano estaba postrado en la cama por las heridas que había sufrido cuando lo mataron a Cantero, estaba en la cama todavía, dese hacía dos meses. Y esa noche se lo llevaron detenido».