La ex presidenta Cristina Kirchner recibió en Quito la condecoración «Manuela Sánches» de parte de la Asamblea Nacional, y en ese marco brindó un discurso en el que habló de la existencia de un plan en la región para destituir a los gobiernos «populares».

La ex jefa de Estado se refirió a la situación de Dilma Rousseff en Brasil y cuestionó el «ataque feroz de los medios» de ese país contra la destituida mandataria.

De todas formas, Cristina Kirchner pareció esbozar una autocrítica y señaló: «No se puede culpar a la derecha, tenemos que evaluar qué no hemos hecho nosotros para lograr esto. Es una cosa regional».

«Alguien que tiene dinero en paraísos fiscales y cuentas offshore no puede presidir la República sin querer inmiscuir cuestiones internas», disparó Cristina, en alusión al actual Jefe de Estado argentino.

Y agregó: «Yo quiero decirles que cada peso que alguien tiene en un paraíso fiscal es un peso que le sacaron a la educación, a la salud, a infraestructura, a la vivienda y a la educación de cada ecuatoriano». «El que tiene fondos en un paraíso fiscal es porque no paga impuestos», acusó.

Por otro lado, Fernández defendió a la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien fue destituída de su cargo por un juicio político: «Dilma sufrió un golpe. Había un proyecto que era destituirnos para que no pudiéramos terminar nuestros periodos de Gobierno y en el cual habíamos sido elegidos. En Brasil por distintas circunstancias pudieron avanzar, en la Argentina no lo hicieron».

El premio Manuela Sánchez se le otorga a todos aquellos presidentes o ex presidentes por su liderazgo y labor política durante su mandato. El presente se trata del primer viaje internacional de Fernández de Kirchner desde que dejó la presidencia. Además de recibir el premio, durante su visita a Ecuador se reunirá con el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, y participará en la proclamación de los candidatos a Presidente y Vicepresidente de la República, por Alianza País.