Por Pablo Bloise

La pasión rosarina trasciende a la vida. Los hinchas son quienes se encargan de dejarlo en claro domingo tras domingo. “Cuando yo me muera, quiero que mi cajón sea azul y amarillo como mi corazón”, reza un tema canalla. “El día que me muera me vas a escuchar, porque desde el cielo te voy a alentar”, dice otro de la Lepra. La cochería Oeste no hizo caso omiso a este detalle, y desde hace tres años ofrece ataúdes temáticos para hinchas de Newell’s y Central.

La iniciativa está instaurada desde hace tiempo en el viejo continente, pero es pionera en Rosario. Conclusión dialogó con Félix Cantón, asesor de la cochería ubicada en Darragueira 1173, quien detalló cómo surgió la idea y la aceptación que tuvo en la gente desde un primer momento. “Lejos de tomarlo como una falta de respeto o de seriedad, el que viene a contratar el servicio mira los cajones y piensa ‘esto es lo siempre hubiera querido’”.

canton-felix-2-salvadorTodo esto nace analizando lo que hacía la gente. Velaban al difunto con una bandera enroscada en el cajón, y cuando llegaba la hora del entierro, preguntaban si podían enterrar el cuerpo con ella. A partir de eso y de varios ejemplos que hay en Europa, nos preguntamos ‘¿por qué no harcelo en una ciudad tan futbolera como esta?’, y se nos ocurrió ponerlo en práctica”, indicó Félix.

Cada individuo que va a contratar el servicio, se topa con el muestrario de ataúdes. Hay de todo tipo y colores. En un rincón, a la derecha de todos, se imponen el rojinegro y el auriazul. “Un sentimiento”, es la frase que cruza el cajón y a partir de ahí, según admiten desde la sala velatoria, los contratantes se miran cómplices y preguntan por ellos.

Quizás no vienen con la idea premeditada. Uno está acostumbrado, porque es nuestro trabajo, pero sin dudas es un momento abrumador y traumático para quien se acerca a contratar el servicio para un familiar difunto. En el momento que ven los cajones, piensan que sería una especie de homenaje hacia el fallecido, quien sentía tanta pasión por sus colores”, continuó el asesor.

Mientras Félix Cantón, de vasta experiencia en el rubro, recorre las instalaciones de Cochería Oeste junto a Conclusión, explica el modus operandi de un servicio que cada vez es más utilizado.

cocheria-oeste-salvadorNosotros nos centramos en conocer los intereses de la familia del difunto. Preguntamos si seguía los partidos, si era de ir a la cancha y hasta si solía juntarse en alguna plaza a hacer la previa antes de ir al Coloso o al Gigante. Nosotros hacemos un recorrido por esos lugares, intentando brindar un homenaje”, destacó.

Vemos todo esto como mucho más que un simple servicio. Creemos que hay que humanizar lo máximo posible y que todo realmente sea como la familia quiera o como el difunto lo hubiera deseado. Estar enterrado envuelto en los colores que lo han acompañado durante toda la vida no repara nada, pero creemos que para sus seres queridos puede ser satisfactorio”, explica Félix, mientras continúa con el recorrido.

“No debemos ser hipócritas y admitir que todo esto tiene un sentido marketinero. Nosotros ofrecemos este servicio porque a la gente le parece una buena idea y achica un poquito un dolor que es inmenso ante la pérdida de algún familiar”, sostuvo.

Sobre el precio del servicio, se encargó de detallar que «los cajones no están en venta. Lo que se cobra es el servicio completo, que para los particulares tiene un costo que ronda los 25 mil pesos. En cambio, a quienes fueron abonando el servicio en cuotas y quieren diferenciarlo con el ataúd personalizado, deberán pagar unos 3.500 pesos extra«.

Por último, subrayó que “no todo pasa por el fútbol. Más allá de que esta es una ciudad que se caracteriza por eso, la gente consulta por otro tipo de personalización en los ataúdes. Sea Jesucristo, el Guachito Gil o cualquier otra cosa». «La pasión es lo que ha acompañado a alguien durante toda su vida y no nos parece para nada mal que quieran también que esté presente en el momento de la muerte”, concluyó.

Producción fotográfica: Salvador Hamoui