Por Vanesa Pacheco

La revista ZL (Zona Luz) es de poesías y nació en el marco de un taller no literario, con la excusa de leer y escribir, porque la pretensión no era ni es enseñar. Sucedió en 2013 cuando comenzó a gestarse un trabajo colectivo de un grupo de psicólogos en un Hogar con Centro de Día de la ciudad de Rosario, llamado ‘Los Amorinis’.

Las personas que toman el taller tienen padecimientos subjetivos y están institucionalizadas de forma permanente desde hace varios años, por lo cual la idea de la revista es salir de ese circuito “hospitalario” accediendo a ubicarlos en el espacio público y así producir cultura y recobrar la palabra en el ámbito social.

Conclusión habló con los psicólogos que coordinan a los autores de ZL: Vanesa Temperini, Xilene Agustini y Diego Carmona, quienes contaron cómo se desarrolla cada día el taller de poesía.

“Los concurrentes llegan desde la institución ubicada en la zona sur de la ciudad al espacio de Entre Ríos 3485, que comparten con los chicos de `Almacén Ambulante´, un grupo de amigos que produce alimentos agroecológicos. Gracias a este lugar que nos  ofrecen los compañeros de otro rubro, tenemos la posibilidad de salir del establecimiento”, relató Temperini.

Mientras que Agustini sumó: “La revista tiene una edición irregular, vamos por la tercera publicación y la cuarta saldría en septiembre. Es de producción  propia con la colaboración de escritores de afuera del organismo que se suman al proyecto, a modo de ayuda participando de algún ciclo de lectura y aportando algunos textos propios”.

Asimismo Carmona destacó que “es significativo decir que es un movimiento muy paciente, porque anteriormente el taller se daba dentro del Centro de Día, y salir a otro espacio es un proceso importante, ya que implica emerger del panóptico de lo institucional. Siempre estamos en la búsqueda de disputar sentidos que hacen a la institución, y nos sentimos muy contentos con lo que estamos logrando”.

Y finalmente explicó: “En definitiva lo institucional responde a la lógica, y  la idea de estos talleres es ir derribando muros para conmover a la sociedad y salir es gestar posibilidades para personas que tienen prejuicios y miedos a lo diferente, que muchas veces viene del desconocimiento”.

Además de los profesionales nombrados, Leonardo Levi también forma parte del taller. Es uno de los encargados de la edición de los textos junto a los escritores para la publicación de la próxima revista.

Las salidas

El grupo sale todos los lunes al espacio fuera de la institución, y los que asisten de forma estable son personas de distintas edades a quienes les interesa y les gusta leer y escribir. El primer grupo llega a la mañana temprano con las coordinadoras y está allí con algunos proyectos de armado de cuadernos y anotadores para sumar a la venta. Luego almuerzan, y más tarde se suman los que vienen con el coordinador. Cuando están todos se inicia el taller de poesía, y después se trasladan los llevan al Centro de Día.

Entre las actividades, el taller incluye la salida a exposiciones de arte, ciclos de poesía y ferias de libros. Además de recuperar algunos actos cotidianos de la vida diaria que se pierden, como preparar un mate, compartirlo o simplemente pelar una naranja.

Los derechos se construyen, y la forma es haciendo este tipo de cosas donde los que hablan son ellos, de lo que sienten y necesitan mediante la expresión, el uso de las palabras y las acciones que realizan en el lugar. Además cabe destacar que el taller está abierto a quienes quieran formar parte o participar, simplemente.

La voz de los autores de ZL

Un día de taller y con la palabra de los presentes, contaron su experiencia en cuanto a lo que hacen y lo que les produce formar parte de ZL.

En principio tomó la palabra una rubia, fanática de Rácing, quien vivió por el centro de Rosario y ahora  donde habita (Centro de Día) tiene una enciclopedia, un diccionario y muchos libros de tango.

Se presentó directamente: “Soy Ana María Josefa Pagani, tengo 57 años, vengo hace cuatro o cinco años al taller. Escribo cuentos, poesías; me gusta mucho escribir sobre las flores, los pájaros, los árboles, las casas y la familia. Yo escribo muy bien. Me gusta mucho la música de los años 70, el Club del Clan y el tango”, remarcó a Conclusión.

Explicó también que habían estado en muchos lugares gracias a ZL, escribiendo y vendiendo libros. “Fuimos a la radio, a la biblioteca Vigil, al Centro Cultural Fontanarrosa y a la Facultad de Psicología. También –explicó- vendimos nuestros productos en la peatonal, y en la feria de Presidente Roca y el Rio”.

El siguiente en contar su experiencia fue Carlos Gallardo, de 62 años. Es pensativo, tranquilo y lleva un libro entre las manos, además de un gorro de Boca Juniors que delata su fanatismo por el fútbol y el equipo de La Ribera. Y, obviamente, sonríe cuando le nombran al “Xeneixe”.

“Vengo al taller desde cuando empezó `Zona Luz´. Allá dónde estoy (Los Amorinis), tengo libros que los voy leyendo, algunos son un poco complicado porque están en otro idioma, pero los leo igual, me gusta mucho hacer la revista, estoy hace mucho y en la primer página hay parte de mi historia”, contó Carlos.

A su turno, habló Lorena. Es su segunda participación en el taller, es callada, tímida y tiene 42 años. A medida que entra en confianza relató: “Me gusta escribir sobre cosas de la casa, de las parejas, del amor. Me gusta Luis Miguel y sé bailar”. Es hincha de Newell´s.

Finalmente habló María, quien no dejó de aportar información de cada uno de sus compañeros. Escribe mucho y las coordinadoras la destacan por esa particularidad. A la hora de la edad, dice tener quince años, aunque luego se retracta y no especifica, pero cuenta que tiene más de cincuenta.

“¡ZL es la mejor revista del mundo! y a mí me gusta salir a venderla, escribir poesías, canciones, novelas y cuentos en mis cuadernos. Mi canción favorita es el `El bombón asesino´ (de Los Palmeras) y mi mejor amiga es Mara, con quien compartía la habitación en la institución”, detalló la interna del Centro de Día.

Los que asisten regularmente al taller son Carlos, María, Ana María, Ariel, Lorena, Estela, Mara, Pablo y Hernán. Todos están institucionalizados y las edades varían de entre los 22 y 60 años, aproximadamente.

Proyectos

“A partir de estar en este espacio, tenemos planes de hacer encuentros de lectura abierto al público, con bufet y comida agroecológica. Además de la venta de las revistas, cuadernos y anotadores que los integrantes del taller producen. Todo se está gestando y es un avance cada paso que dan ellos y nosotros también”, detalló Temperini.

Para los que quieran acercarse al espacio, es posible hacerlo todos los lunes desde las 9 y hasta las 16.30, aproximadamente. “Ayudar, forma parte de la inclusión e informarse de quienes somos,  también”, cerró su colega Agustini.

La revista tiene página web: http://cargocollective.com/zetaele y la edición número 4 saldría en septiembre. Al menor ese es el mes en que la tienen programada. Mientras tanto, se puede ver más en la página de Facebook de ZL.