Por Florencia Vizzi

Cinco meses transcurrieron desde la fatal persecución en la cual David Ezequiel Campos y Emanuel Medina fueron víctimas de una feroz balacera desatada por varios efectivos de diversas fuerzas de seguridad. Y luego de una ardua pelea por parte de sus familiares, por primera vez el panorama comienza a parecer más claro. Así al menos lo parece luego de que el pacto de silencio que mantuvieron todos los policías implicados comenzara a resquebrajarse y dos de las mujeres que se encuentran en prisión domiciliaria identificaran al autor del disparo que destrozó la cara de David y acabó con su vida aquella trágica mañana, en Cazadores y Callao.

El miércoles 25 de este mes, se realizó la audiencia pedida por las dos mujeres policías para ampliar su declaración. Lo que relataron allí dio por tierra la versión que los 18 efectivos imputados sostuvieron cuando se les tomó declaración en la División Judiciales. Ese día, a puertas cerradas, y ante el juez, el equipo de la Fiscalía, los representantes de la querella y Flavio y Germán, hermanos de Emanuel y David, ambas mujeres relataron cómo Emiliano M. se bajó rápidamente de la camioneta de la policía que manejaba y se dirigió al Volkswagen Up color gris que acababa de colisionar contra un árbol y dónde ya se encontraba Alejandro B. disparando.

Así lo contó Germán Campos a este medio, cuando hizo un raconto de aquella audiencia. «Las dos lo señalaron a M. como quien le disparó a mi hermano, no sólo lo vieron sino que también se los dijo. Ellas contaron que estaban lejos del lugar cuando escucharon lo que estaba ocurriendo y este policía, que es quien iba manejando, decidió unirse a la persecución. Cuando llegaron al lugar, se bajaron de la camioneta, y ellas se cubrieron detrás de otro móvil que ya estaba allí, mientra M. fue derecho al auto. Entonces escucharon los disparos y levantaron la cabeza y vieron que era M. el que había disparado. También dijeron que vieron que Alejandro B. seguía disparando. Cuando Emiliano M., volvió al vehículo y ellas le preguntaron qué había pasado, él contestó: ‘Le disparé en la cabeza porque se movía'».

Germán contuvo unos minutos el aire y luego afirmó:  «Claramente esa fue la ejecución de mi hermano, el único de los dos que tiene un disparo en la cara es mi hermano». Y continuó: «También declararon que recogió la vaina servida y se la guardó en el bolsillo».

La causa

Por el momento, hay 18 oficiales imputados por el crimen de los dos jóvenes, que habían ido a bailar y regresaban a su casa esa mañana. Sólo uno de ellos, Alejandro B,, se encuentra acusado de homicidio calificado por abuso de sus funciones, en tanto el resto enfrenta cargos por encubrimiento doblemente agravado, y posiblemente se sumen algunos agravios.

Hasta ahora, el fiscal que conduce la investigación, Adrián Spelta, tendría pruebas fehacientes de que fueron tres los policías que dispararon, Alejandor B., Marcelo E. y Emiliano M. Pero sólo había podido comprobarse que las balas disparadas por B. habían impactado en el cuerpo de Emanuel Medina, quien en ese momento manejaba el auto de David. Por lo cual, este testimonio cobra una importancia de proporciones, en tanto se espera la llegada de algunas pericias de balística que a cargo de Gendarmería Nacional, deberían confirmar los testimonios brindados por las dos mujeres policías.

Luciana Torres, una de las abogadas que representa a los querellantes, explicó que «a cambio de esta declaración, ambas mujeres solicitaron la libertad».»Ya estaban con una pena morigerada, porque están cumpliendo prisión preventiva domiciliaria. Si le otorgan la libertad habría que ver bien qué es lo que piden y cómo sientan arraigo o confianza. Para definir si se les otorga o no, habrá una audiencia esta semana. Entre tanto, tienen protección de la Gendarmería, porque las dos dijeron haber sufrido amenazas e intimidaciones».

En relación a ese pedido de libertad, la abogada remarcó: «Nosotros valoramos el hecho de que empiecen a contar lo que realmente sucedió, y hay que evaluarlo con la familia, pero lo que estamos viendo es, cuando oportunamente se pida una pena, tener algún tipo de contemplación en ese sentido pero no sostener esto de que salgan en libertad o morigeren la prisión preventiva porque la investigación sigue en curso y hay que seguir corroborando estos dichos y más allá de los argumentos que ellas dieron por los cuales dos meses después recién salen a contar la verdad… lo cierto es que no dejan de ser dos meses después, cuando la situación es que si hubieran actuado correctamente, lo debieran haber denunciado en su momento. Así que nos vamos a manejar con reserva en ese sentido».

Torres además señaló que están viendo con el equipo jurídico el camino a seguir y qué imputación se pedirá para M., así como remarcó que no está descartado que las pruebas señalen las balas de un tercer efectivo que terminó con la vida de los jóvenes. «Recién estamos evaluando las pruebas y aún faltan muchas pericias por concretar».

Al cierre, la abogada reflexionó sobre el giro en la causa: «Valoramos que empiece a haber este tipo de actitud en los oficiales, que son las que deberían haber tenido inicialmente, y celebramos que empiece a salir a la luz lo que nosotros planteamos desde un principio, que acá no había habido un enfrentamiento, sino un fusilamiento, con un accionar totalmente desproporcionado de la policía, y que los chicos no estaban armados, y que ahora queda confirmado».

Germán, por su parte, volvió a recordar que «desde el principio supimos que fue un fusilamiento y desde un principio desmentimos esa versión de enfrentamiento que había organizado la policía y que difundió por los medios y en la casas de la gente». «Esperamos que ahora todos empiecen a cambiar su visión y que los grandes medios empiecen a ver con otros ojos esta causa que no fue más que otro caso brutal de gatillo fácil, porque fue una cacería lo que hicieron con los chicos».

Y enfatizó: «Nosotros creemos que tienen que pagar por lo que hicieron y por se parte de este pacto de silencio para encubrir. Nosotros no perdonamos ni olvidamos».