Por Pablo Martinez 

Fin de una etapa. El árbitro rosarino, Saúl Laverni decidió dejar el arbitraje a los 46 años tras una intensa carrera deportiva. El partido entre Boca y Colón le puso punto final  a casi dos décadas de carrera profesional. Y ahora empieza una nueva etapa integrando la comisión arbitral de AFA que conducirá Horacio Elizondo.

El día después del retiro, el ahora ex árbitro, habló con conclusión y contó la sensación del último soplido como referí, en la Bombonera y afirmó: “En el pitazo final se me cayeron algunas lágrimas por haber dejado 11 años y medio de carrera en el fútbol”.

Su debut como árbitro de Primera División se produjo el 26 de junio de 2005, en el empate 3-3 entre Colón y Argentinos Juniors. Como árbitro Fifa, participó en el Campeonato Sudamericano Sub-20 de 2009, disputado en Venezuela; también ha sido partícipe de algunos partidos válidos por la Copa Libertadores y Copa Sudamericana. El domingo 25 de octubre de 2009 dirigió su primer Superclásico del fútbol argentino entre River Plate y Boca Juniors, el cual terminó en un empate 1 a 1.

Para el hombre de negro, la experiencia ganada es mucha: “El aprendizaje que me dejó el arbitraje fue no rendirme ante las presiones, no claudicar frente a las adversidades y salir adelante cuando las cosas no salen bien. Eso genera una cultura de trabajo”.

A pesar de que a veces las cosas no salen bien, cuando no tuviste una buena jornada y los lunes todos están hablando de vos, uno aprende a dar la cara como cualquier ser humano que se equivoca”, sentenció el juez.

Laverni también se refirió a todo las vicisitudes que tuvo que atravesar: “Toda esa experiencia te da una espalda en esta profesión y te enseña a no ser genuflexo ante las presiones dirigenciales y a ser siempre derecho, ético y moral en esta profesión que es tan difícil”.

Para finalizar, sintetizó su historia dentro del referato: “Entré en 1998 en AFA de saco y corbata y salí del arbitraje de la misma manera en 2016. El fútbol me abrió las puertas a nivel internacional, para conocer muchos lugares del mundo y haber dirigido muchos clásicos, entre ellos un River-Boca”. Y agregó: “El arbitraje me hizo conocer muchos amigos y darme cuenta quién es bueno y quién es malo”.