Un palestino murió hoy a manos del Ejército israelí durante una redada en el territorio ocupado de Cisjordania, al mismo tiempo que colonos judíos del asentamiento de Amoná acordaron con el gobierno de Benjamin Netanyahu poner fin a un largo conflicto y trasladarse a una nueva colonia, en esa misma región palestina.

El Ejército israelí informó en un comunicado que «durante una redada en el pueblo de Beit Rima, hubo reacciones violentas» y sus soldados «reaccionaron con el fin de prevenir una escalada y abrió fuego», en el pueblo de Bit Rima, al norte de Ramala, la sede provisional del gobierno palestino en Cisjordania.

Por su parte, la agencia de noticias palestina Maan, identificó a la víctima como Ahmed Rimawi, de 19 años, e informó que falleció cuando era trasladado al hospital Yaser Arafat.

Mientras tanto, en una decisión que sin dudas elevará la tensión en Cisjordania, los colonos del asentamiento judío Amoná, que debían ser evacuados el 25 de diciembre como muy tarde por orden de la Corte Suprema, aceptaron hoy la última propuesta del gobierno israelí de Netanyahu de abandonar voluntariamente sus casas y trasladarse a otra porción de tierra de esa región palestina ocupada

«Después de dos largos años hemos decidido posponer por ahora nuestra lucha y aceptar la propuesta», dice un comunicado difundido por el grupo de colonos, citado por la agencia de noticias EFE.

Pocos antes de anunciar que habían aceptado la propuesta del gobierno, un grupo de colonos de Amoná había atacado al ministro de Construcción y Vivienda israelí, Joav Galant, cuando visitaba el asentamiento.

Una multitud rodeó el vehículo del ministro, lo pateó, saltó sobre él y arrojó huevos al tiempo que gritaba «traidor», según informó el portal de noticias local Ynet, citado por la agencia de noticias DPA.

Amoná es una pequeña colonia en el norte de Cisjordania que la Corte Suprema israelí había ordenado evacuar por considerarla «ilegal», ya que fue construida sobre tierras privadas palestinas.

La propuesta del gobierno de Netanyahu, aceptada hoy por los colonos, implica trasladar a sus habitantes a otra parte de Cisjordania.

Este acuerdo no dejará contentos ni a los palestinos ni a la comunidad internacional, ya que ambos consideran ilegales todas las colonias israelíes construidas sobre los territorios que Tel Aviv ocupa militarmente desde la Guerra de los Seis Días de 1967.

El plan, para el que el gobierno israelí tendrá que destinar decenas de millones de dólares, incluye la construcción de 52 casas e inmuebles, en lo que sería una suerte de cortar y pegar el asentamiento a unos cientos de metros de su ubicación actual, en un terreno conocido como la parcela 38.

Para ello, el gobierno israelí ya anunció su intención de pedir a la Corte Suprema una prórroga de un mes para la evacuación de Amoná.

Si la justicia autoriza el plan, el gobierno deberá resolver también el problema de propiedad sobre la llamada parcela 38 ya que también se trata de tierras privadas palestinas, aunque la mayoría de los dueños son refugiados que no pueden volver ya que Israel controla todas las fronteras de los territorios palestinos ocupados.

Según el complejo grupo de leyes que rige sobre la ocupada Cisjordania, las tierras privadas que no están ocupadas o no son utilizadas, pueden ser expropiadas.

Otra noticia que podría elevar la constante tensión que reina sobre Cisjordania es que tres palestinos fueron acusados formalmente de participar de una ola de incendios que, según el gobierno israelí, tuvieron «motivación nacionalista». Los tres serán juzgados por un tribunal militar israelí.