El presidente de China, Xi Jinping, ha dejado muy en claro que tiene la intención de mantener el foco de la próxima cumbre de jefes de Estado del G-20 que se realizará en Hangzhou, sobre la urgente necesidad que tiene el mundo de una nueva arquitectura financiera y económica global. De hecho, toda la dinámica del mundo ha virado ya a Asia, en donde se han dado grandes pasos para establecer esa nueva arquitectura financiera. Los medios informativos oficiales chinos, junto con analistas rusos prominentes, han dejado en claro también que cualquier nuevo sistema viable de ese tipo tiene que incluir a Estados Unidos, y esto quiere decir que este país debe abandonar en última instancia sus ilusiones de ser el que manda sobre un mundo unipolar, que ya no existe y nunca debió haber existido en primer lugar.

Una opinión particularmente perspicaz es la de Andrey Kortunov, director general del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, que se publicó el martes 23 en la agencia china Xinhua, en donde advierte que «entre más se tarden esas reformas, mayor será el riesgo de que ocurran nuevas crisis e inestabilidad en la economía mundial». Hay una percepción cada vez más generalizada de que Europa está ya al borde de un estallido financiero que tendría serias implicaciones globales. La agencia de noticias Bloomberg informó, ese mismo día, que los bancos Deutsche Bank, Barclays y CreditSuisse, tienen en conjunto unos 102.500 millones de dólares en activos «Nivel 3» que no son líquidos y que no se pueden vender instantáneamente en una crisis. El semanario extraoficial de la City de Londres, TheEconomist, utilizó el encabezado de NightmareonMain Street («Pesadillas en la Calle Principal») para su edición del 20 al 26 de agosto, en donde previene del estallido de los 26 billones (millones de millones) de la burbuja del mercado inmobiliario en Estados Unidos, con una montaña de derivados financieros y otros papeles de apuestas sin respaldo que se han creado en torno a esa burbuja.

Bases comunes

Kortunov concluye con la exhortación de que «tanto Rusia como China deben buscar constantemente bases comunes con Washington y evitar las crisis, sin hacer concesiones en materia de principios».

En Estados Unidos y en Europa, la bancarrota de todo el sistema financiero y monetario está tan avanzada que la única solución que queda es la restauración inmediata de la Ley Glass-Steagall, con la separación total de la banca en Estados Unidos y con la promulgación de leyes idénticas en Europa. La Glass-Steagall es tan solo el primer paso, indispensable, hacia el tipo de nueva arquitectura financiera y económica que va a plantear Xi Jinping en la cumbre de Hangzhou, el 4 y 5 de septiembre próximos.