Luego del siniestro ocurrido en las primeras horas de este lunes en el laboratorio Apolo de calle Alem al 2900, desde la Municipalidad de Rosario brindaron algunas precisiones sobre las actuaciones oficiales realizadas en torno al local.

El subsecretario de Control y Convivencia Guillermo Turrín aclaró, en primer término, que las calderas, al ser dispositivos sometidos a presión, requieren la inscripción ante la Empresa Provincial de la Energia (EPE), órgano de control de tales equipamientos.

«El local donde ocurrió el siniestro tiene sus 2 calderas inscriptas ante la EPE, y además posee un informe expedido por un gasista matriculado –y visado por Litoral Gas- certificando el correcto funcionamiento de las mismas», informó Turrín y agregó: «El local contaba con la habilitación para funcionar vigente desde el año 1998, y se encontraba en proceso de renovación de la misma».

En relación a las denuncias expresadas por los vecinos del laboratorio en diferentes medios de comunicación, el subsecretario de Control y Convivencia informó que, desde la apertura del local, se realizaron cerca de 20 inspecciones: la última en febrero de 2016. Parte de estas se correspondían con la propia actividad del Municipio y parte con las denuncias de los vecinos (ninguna de las cuales se vinculaba con el funcionamiento de las calderas).

Respecto a la atención a los vecinos linderos, el funcionario destacó que la Secretaría de Desarrollo Social «tomó intervención de manera inmediata.

«Se realizaron entrevistas con los vecinos para evaluar su situación y asistirlos en caso de no contar con una vivienda para pernoctar hasta tanto puedan regresar a sus hogares», remarcó el funcionario.

En relación al personal municipal vinculado a las tareas en el lugar, Turrín dijo que «hubo cerca de 100 agentes vinculados a tareas operativas presentes durante toda la jornada».

«Los primeros en llegar fueron los de Defensa Civil, quienes recibieron el llamado del sistema de emergencias 911 y activaron los protocolos correspondientes, llegando a la zona del siniestro en breves minutos», indicó.

Por último, desde el Municipio aclararon que hace más de 10 años que no se mantiene relación comercial alguna con el laboratorio. «La última compra de suero data del año 2005», finalizó Turrín.

 

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