El Parlamento escocés se opuso formalmente a que el Reino Unido inicie el proceso de salida de la Unión Europea (UE), en el marco de una votación simbólica que le da más fuerza al gobierno regional para eventualmente desligarse de la política de Londres y volver a insistir con un referéndum independentista. La moción, presentada por el gobierno escocés recibió 90 votos a favor y 34 en contra.

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, sometió a votación la propuesta a pesar de que el Tribunal Supremo británico dictaminó que el gobierno de la primera ministra, Theresa May, sólo necesita el apoyo del Parlamento británico para activar el Brexit y comenzar un proceso que llevará dos años.

Por su parte, el secretario escocés para el Brexit, Michael Russell, dijo que el gobierno del Reino Unido no había consultado adecuadamente a los gobiernos descentralizados su posición para iniciar el proceso de salida de la UE.

También señaló que el gobierno en Londres se había negado a dar una garantía sobre la situación de los nacionales de la UE en el Reino Unido, y había fallado en responder a una serie de preguntas en relación con todas las consecuencias de la retirada del mercado único.

«Este voto es más que simbólico, es una prueba clave de la voz de Escocia, y de que nuestros deseos se pueden acomodar dentro del proceso de Reino Unido», aseguró Russell.

Un vocero del gobierno del Reino Unido dijo que las autoridades escocesas son libres de debatir cualquier tema que elijan y prometió «continuar cooperando con el gobierno escocés y con las personas y grupos a través de Escocia, mientras nos preparamos para salir de la UE para garantizar la mejor oferta para Escocia y el Reino Unido».

Frente a la Cámara de los Comunes, la primera ministra Theresa May advirtió ayer a los parlamentarios que no deben «obstaculizar» la voluntad de los votantes del Reino Unido, que en su mayoría votaron por el Brexit el año pasado.

«El mensaje es claro para todos. Esta Cámara ha hablado y ahora no es el momento para obstruir la voluntad expresada democráticamente por el pueblo británico. Es hora de seguir adelante con el cese de la Unión Europea y la construcción de una, independiente y autónoma, Gran Bretaña global», pidió la premier conservadora.