El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, hizo el pasado domingo un comentario poco afortunado mientras se dirigía a la iglesia de Santa María Magdalena de Sandringham, en el condado de Norfolk (Reino Unido), según informó el medio local The Guardian.

De acuerdo a los testigos, el marido de la reina Isabel II, de 96 años, señaló de entre el público que asistía a su visita a un hombre alto que llevaba una larga barba pelirroja y preguntó a uno de sus guardaespaldas: «¿Es ese un terrorista?». El Palacio de Buckingham ha rehusado hablar sobre el controvertido comentario.

La ‘broma’ sobre el aspecto del hombre no ha pasado desapercibida en las redes sociales, donde ha sido criticada por ser un comentario racista:

«Esto no es gracioso, y este racista sobreprivilegiado no debería salirse con la suya con su xenofobia», escribió la tuitera Barbara Sage.

«La familia real trayendo el racismo al 2018», publicó a su vez Zab Mustefa.

No es la primera vez que el duque de Edimburgo hace comentarios polémicos en público. En el año 2002, estando de visita oficial en Australia, hizo una broma de mal gusto a un grupo de aborígenes, a los que preguntó: «¿Todavía os arrojáis lanzas los unos a los otros?».