El trabajo de los programadores del 69no. Festival de Cannes, que ocupó días y noches durante poco menos de un año, será hasta el 22, tema de conversación y discusión dentro del mundo del cine, tanto para el que sigue de cerca a cineastas como para aquellos interesados en la intimidad de las celebridades.

No es para menos: Cannes convocará desde mañana a los aplaudidos por quienes ponen en primer plano el cine “mainstream” como por la cinefilia del análisis en profundo, la que privilegia el independientismo, porque es la concentración de todo eso que, tecnología más o menos, no dejará de llamarse cine.

En esa mirada múltiple que debe hacerse a la muestra comandada por Thierry Fremaux, habrá nombres como los de Steven Spielberg y Robert De Niro, Pedro Almodóvar y Bruno Dumont, Olivier Assayas y Ashgar Farhadi, Jodie Foster y Jim Jarmusch, Susan Sarandon y Geena Davis.

La selección oficial de Cannes de este año convoca para la apertura a «Café Society», el tercer filme de Woody Allen que llega este podio, y al que la prensa internacional recién podrá acceder un día después de su pase en la gala inaugural reservada exclusivamente a los invitados vip.

Si bien con esta historia que discurre en la década del 30 Allen no compite, la selección oficial que puja por las Palmas de Oro incluye este año a cineastas que tienen historia, y premios en sus mochilas, lo que la convierte en una de las más relucientes, a priori, de las últimas entregas.

En la gran Sala Lumiére se verán obras importantes como «Rester vertical», de Alain Giraudie y «Sierra Nevada», del rumano Cristi Puiu; «Ma Loute», de Bruno Dumont y «I Daniel Blake», del británico Ken Loach; «Madmoiselle», del coreano Park Chan-wook y «Toni Erdman», de Maren Ade.

La lista de notables incluye también a «Mal de Pierres», de Nicole Garcia y «American Honey», de Andrea Arnold; «Loving», de Jeff Nichols y «Paterson», de Jim Jarmusch; «Julieta», de Pedro Almodóvar, «Personal Shopper», de Olivier Assayas y «Aquarius», de Kleber Mendonca Filho.

Los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne vuelven esta vez con «La fille inconnue» y Brillante Mendoza con «Ma’Rosa», «The Last Face», de Sean Penn y «The Neon Demon», del danés Nicolas Winding Refn, «Elle», del holandés Paul Verhoeven y «Forushande», del iraní Asghar Farhadi.

En igual categoría pero fuera de competencia aparecen «Money Monster», de Jodie Foster, «Exil», de Rithy Panh, «The Big Friendly Giant» («El buen amigo gigante»), de Steven Spielberg y «Hands of Stone», de Jonathan Jakubowicz, acerca del boxeador Roberto «Mano de Piedra» Durán, con Robert de Niro.

En esa misma zona se programaron «Gimme Danger», que completa el doblete de Jim Jarmusch y también «La mort de Louis XIV», del siempre polémico cineasta catalán Albert Serra, que siempre inquieta con sus propuestas transgresoras, en este caso con Jean-Pierre Leaud.

En la otra selección oficial, “Una cierta mirada”, además de la argentina «La larga noche de Francisco Sanctis», de los debutantes Andrea Testa y Francisco Márquez, según un relato de Humberto Constantini y que tiene como protagonista a un hombre común sometido a dilema moral durante la última dictadura cívico militar, se recortan otros títulos importantes.

En esa lista aparecen «Después de la tempestad», de Hirokazu Kore-eda; «The Transfiguration», de Michael O’Shea y «Apprentice», de Boo Junfeng; «Comancheria», de David Mckenzie; «Captain Fantastic», de Matt Ross, y «La tortue rouge», de Dudok De Wit.

La sección dedicada a rescatar clásicos incluirá a «Masculino-Femenino», de Jean-Luc Godard; «Valmont», de Milos Forman; «Solaris», de Andrei Tarkovski; «Decálogo» V y VI, de Andrzej Zulawski y «Voyage a travers de le cinema francais», de Bertrand Tavernier, entre otras.

El tono restrospectivo también domina el ciclo que ocupa la playa frente a La Croisette, que se realiza -a entrada libre- todas las noche, esta vuelta con obras como «El gran dictador», de y con Charles Chaplin; «Il Sorpasso», de Dino Risi y «Nos habíamos amado tanto», de Ettore Scola.

La presencia de la coproducción chileno-argentina «Neruda», de Pablo Larrain, en la Quincena de los Realizadores, estará acompañada por «Poesía sin fin», de Alejandro Jodorowsky y «Dog Eat Dog», de Paul Schrader, «L’Effet aquatique», de Sólveig Anspach y «La pazza gioia», de Paolo Virsi, entre otras.

Si bien las dos selecciones oficiales de Cannes reúnen unos 40 largometrajes el total de películas, incluidos los cortos, ronda unas 200 propuestas que incluyen desde estrenos mundiales hasta medio centenar de clásicos.

Como ocurre hace décadas, Cannes añade el glamour de las funciones nocturnas en la Sala Lumiére, con su alfombra roja, luces y cientos de fotógrafos vestidos de rigurosa etiqueta igual que los astros de todo el mundo, algunos tips que son el condimento de cada jornada.

Es que Cannes reúne en un mismo núcleo, el Palacio de los Festivales, y algunas pocas sucursales cercanas, a miles de productores y compradores de todo el mundo, cerca de 5000 periodistas, invitados especiales y numerosos turistas, porque la ciudad es turística por excelencia.

Los más de 30 millones de euros de presupuesto se reflejan en una organización obsesiva, donde todo debe funcionar en forma sincronizada, observando controles de seguridad muy importantes, que responden a edificios pensados hasta el último detalle para la circulación rápida y ordenada.

Dos cines monumentales, otros complementarios, una inmensa sala de prensa perfectamente equipada, otra con ordenadores de última generación, espacio para las conferencias de prensa, alrededor de 2.000 lockers para uso de los acreditados y un photocall a cielo abierto son parte de ese mundo a full durante 12 días al año.

Sin embargo es notable el crecimiento que el festival que lleva 69 entregas tuvo en los últimos años, en especial en materia de cobertura internacional, que lleva al filo del estallido a la oficina de prensa y a las proyecciones para este grupo, que han forzado a modificaciones en las grillas.

También se repiten las notas de color, como los grupos de vestidos ad hoc -ellos con moño- que piden entradas a la entrada de las galas sabiendo que los productores deben devolver las que les sobran o entregarlas para ser usadas, so pena que de no ser ocupadas, recibir sanciones.

Todo está listo, las alfombras rojas recién desenrrolladas por las escalinatas que parecen interminables y los equipos digitales listos para proyectar una y otra vez antes de cada propuesta el spot con esos otros peldaños que surgen del mar y suben a un cielo estrellado, con fondo de Camile Saint Saens, que invitan al mejor cine.