El seleccionado de Francia comenzó con el pie derecho el Mundial de Rusia, tras derrotar por 2-1 a su par de Australia en un partido lleno de polémicas, con dos penales cobrados y una pelota que apenas traspasó la línea de cal, en el primer duelo del Grupo C.

Antoine Griezmann festejó desde los doce pasos a los trece minutos de la primera parte, con un penal sancionado por el VAR que causó polémica en el estadio. Y enseguida empataron los oceánicos por la misma vía, a través de Mile Jedinak.

Sin embargo, cuando el encuentro parecía cerrarse en empate, apareció el mediocampista Paul Pogba para meter el pie y pasarla por arriba del arquero, en una pelota que rebotó en el travesaño y se metió con dudas en el momento, aunque luego quedaron despejadas.