El ultimo día de 2017 se terminó en España con el descubrimiento del cadáver de una joven de 18 años, Diana Quer, hija de una mujer argentina y cuya enigmática desaparición en agosto de 2016, movilizo a todo el país.

La joven madrileña, desaparecida en la noche del 22 de agosto cuando veraneaba en un pueblo de pescadores, A Pobra do Caraminhal, en Galicia (norte) fue hallada en el pozo de una nave industrial a pocos kilómetros del pueblo.

«Este hallazgo ha sido fruto de las investigaciones que ha venido realizando la guardia civil a raíz de unos hechos de intento de secuestro de una persona», el 25 de diciembre, explicó el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido.

Su asesinato ha sido finalmente confesado por un hombre de 41 años, José Enrique Abuín, alias «El Chicle», con antecedentes de tráfico de drogas y agresiones sexuales, identificado tras haber intentado secuestrar a otra joven el 25 de diciembre.

La mujer consiguió darse a la fuga y pudo dar detalles muy precisos sobre su agresor a la guardia civil. El hombre, que ya figuraba en una lista de posibles sospechosos del crimen de Diana Quer, hija de la argentina Diana López Pinel, fue arrestado el 29 de diciembre junto a su mujer.

Fueron investigados más de 200 sospechosos, mientras los padres de Diana Quer, una esbelta joven de larga melena oscura, trataron durante meses de mantener el interés por el caso, movilizando a la prensa ante la misteriosa desaparición.

Toda clase de rumores corrieron en medio de tensiones entre los padres, divorciados, que acabaron con la retirada de custodia de su hija menor Valeria, de 16 años, a su madre. «Llega demasiado tarde», llegó a comentar el padre, Juan Carlos Quer, sin más detalles, mientras los programas del corazón especulaban sobre las relaciones de la madre con sus hijas.

«Mi afecto, solidaridad y apoyo a la familia de Diana Quer y a las de tantos como desgraciadamente pasan por este trágico final tras la pérdida de un hijo. Doloroso momento», declaró el presidente del gobierno Mariano Rajoy en su cuenta Twitter.

El caso

Diana,  fue vista por última vez cuando volvía a su casa una madrugada de agostos, a las afueras de Puebla de Caramiñal, procedente de las fiestas del pueblo.

Su madre hizo la denuncia luego de comprobar que la joven no había dormido en su casa, y a pesar de los esfuerzos de los investigadores, no lograron dar con ella. El caso tuvo gran trascendencia mediática y hasta se llegó a pensar que Diana podía estar en Estados Unidos.

«Me estoy acojonando, un gitano me estaba llamando» decía el último WhatsApp que le envió Diana a una amiga a las 2:40 de la madrugada de ese 22 de agosto en el que se la vio por última vez. «¿Y qué te ha dicho?», responde la amiga, y Diana contesta: «Morena ven aquí». La joven recibió nuevas consultas, que llegaron a su celular, pero nunca fueron leídas. Una hora y media después, el dispositivo se apagó y nunca más se volvió a encender.

El confeso asesino fue arrestado luego de intentar secuestrar a una mujer forzándola a entrar en su coche, aunque desistió tras los gritos y la resistencia de ella, lo que puso de nuevo en alerta a los investigadores. Abuín ya había sido interrogado en varias ocasiones al inicio de las pesquisas, pero fue descartado ya que su mujer, que también fue arrestada aunque puesta en libertad horas después, aseguró que estuvieron juntos la noche de la desaparición de Diana, una coartada que ahora reconoció como falsa.