Por Alejandro Maidana

“La historia del hogar comienza cuando mi mamá, Raquel Buttazzoni, estaba por finalizar su mandato de concejala de la ciudad en 1987. Ella fue una mujer que admiraba a Eva Perón, no sólo por compartir la misma ideología, sino también por su compromiso en la lucha por las madres solteras”, le contó a Conclusión Blanca Romero Buttazzoni, directora.

Hacia fines de los 80 había muchos más tabúes que ahora y se consideraban a las mamás adolescentes solteras una deshonra para la familia. Es por esto que un hogar era de suma importancia para poder contenerlas.

“La Municipalidad le cede a Raquel el uso de la casa ubicada en Córdoba 3744 y así comenzó de cero y con donaciones, a forjar con mucho esfuerzo lo que hoy tenemos”.

La institución cobijó en sus principios no sólo a chicas carenciadas, sino también jóvenes de buen pasar económico que eran expulsadas de su seno familiar. A ellas se les sumaron hermanitos separados de su núcleo, adolescentes en conflicto con la ley y posibles víctimas de abuso. Este fue el camino que tuvieron que transitar para llegar a ser lo que hoy es un hogar para mamás solteras adolescentes.

“Con el cambio de la ley de patronato, empieza a intervenir la Dirección Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia. De esta manera lo que se buscó es que no estén más de seis meses a un año con nosotros. Tratamos de trabajar la autoestima de la adolescente, su situación jurídica y fundamentalmente prepararla para que cuando cumpla la mayoría de edad, pueda afrontar una vida adulta”, recuerda Blanca.

En el espacio existe un grupo permanente de personas que acompañan a las chicas a diario, una trabajadora social y una psicóloga que trabajan mancomunadamente en pos de ayuda al adolescente.

“El hogar cuenta con 11 plazas y aunque parezca un número pequeño no lo es, ya que cada mujer necesita de un tiempo especial, espacio, médicos, psicólogos, esparcimiento, reuniones de padres y madres y demás. Cada caso tiene sus particularidades que tratamos de solucionarlas para que la dirección provincial autorice el egreso”, enfatizó Blanca.

“Apuntamos a que las chicas terminen sus estudios, les conseguimos profesores que le brinden clases de apoyo e incluso en el hogar también funciona el aula Radial, que es un anexo de la escuela Pestalozzi en donde asisten adultos y también jóvenes del hogar que así lo deseen. Esto es más que importante ya que pueden participar con sus bebés y no tener que desplazarse”

Aparte del convenio que existe con provincia, todo el grupo que trabaja en el Hogar de Raquel con mucho esfuerzo y dedicación, hace lo imposible para que las adolescentes tengan su momento de ocio ya sea en salidas grupales, como festejos de cumpleaños y otros. Los mismos son muy gratificantes, pero llevarlos a cabo no les resulta sencillo ya que el gasto es solventado con recursos del hogar y sus voluntarios.

Cabe destacar también que Raquel Buttazzoni, pasado el año 2000, comenzó a preparar comida a personas necesitadas de un plato caliente que pasaban por calle Córdoba. Hoy cuentan con un convenio con Nación para brindar un almuerzo a quienes lo necesiten. Algunos hacen uso de los tablones ubicados detrás del hogar y otros retiran una vianda para su familia y siguen su camino.

“Se nos hace cuesta arriba que los voluntarios para talleres y otras actividades  se sostengan en el tiempo. Pero gracias al esfuerzo y ayuda de mucha gente seguimos por buen camino”, añadió.

Blanca Romero Butazzoni continúa día a día con este legado de amor y solidaridad que dejó su mamá Raquel. Si bien el trabajo de muchos hace que el hogar siga de pie, necesita de la ayuda de toda la comunidad para que este sitio continúe abrazando a jóvenes mamás que se encuentran sin contención.

Siempre es bienvenido el gesto solidario

En Córdoba 3744 son bien recibidas siempre las donaciones de artículos de limpieza, aseo personal, pañales (medianos y extra grandes), ropa blanca, sábanas de una plaza, leche maternizada y demás elementos que puedan ser utilizados por las mamás y bebés.