Por Santiago Fraga

Hasta hace algunos años se creía por estos pagos que Michael Jackson había estado una sola vez en Argentina, cuando dio aquellos tres míticos recitales en River en 1993. Sin embargo, ahora en 2016 la cosa es distinta: el Rey del Pop sigue vivo y cualquiera se lo puede cruzar bailando por la peatonal Córdoba… o al menos eso es lo que nos hace creer Jhon Palacios.

Es que este artista callejero de 34 años, oriundo de la pequeña localidad de Ramón Castilla, en Perú, cautiva las miradas de grandes y niños que en masa lo rodean para verlo imitar a la perfección cada uno de los gestos y las coreografías del astro estadounidense que supo ser el número uno en el mundo de la música.

michael-3Palacios se instaló en Rosario hace unos cinco meses por la recomendación de un amigo, que le aseguró que aquí el arte y los artistas callejeros son bastante apoyados. “Ese fue el motivo principal de venir hasta acá, aventurarme, arriesgarme, y me está yendo muy bien”, aseguró a Conclusión. Previamente, estuvo unos diez años en Lima haciendo el espectáculo en distintas plazas y parques, donde hasta llegó a tener su club de fans.

Su historia con la imitación a Michael Jackson asegura que “es bastante confusa”, ya que, paradójicamente al igual que la carrera de Michael, todo empezó cuando tenía sólo cinco años.

No sabía quién era Michael, no sabía cómo se vestía ni la forma en cómo bailaba; en aquel tiempo vivía en un pueblito donde no había televisor ni radio FM, entonces sólo llegué a tener los discos grandes que había en aquellos tiempos, como en ese entonces era la canción Beat It, y lo escuché, me gustó y empecé a moverme como loco bailando el ritmo de esa música”, relató Jhon sobre los principios de su elección.

Su historia comenzaría a cambiar en el 90′, cuando llega a una ciudad y conoce a Michael Jackson a través de un televisor: “Es ahí en donde más me enchufa el personaje, el querer tratar de igualar sus distintos movimientos y coreografías y tratar de conseguir el vestuario adecuado para cada canción”.

Además de sus movimientos, sus bailes, sus gestos y hasta sus palabras, en apariencia Palacios también es idéntico al Rey del Pop. Ese proceso de transformación le lleva apróximadamente unos 45 minutos maquillándose con calma, y alrededor de 20′ cuando el tiempo apremia. Su vestuario lo prepara específicamente para cada baile que realizará ese día, tal como hacía el verdadero.

Unas tres veces a la semana los rosarinos lo pueden cruzar realizando su performance en la peatonal Córdoba, mientras que los domingos se lo pueden encontrar en algún parque como el España.

La verdad que para mí ver el rostro de las personas, la emoción de verme bailar, la admiración que sienten por mi trabajo, a mí de verdad me hace sentir bastante bien y hacen que yo cada día mejore para darle un mejor espectáculo al público”, cuenta con alegría, mientras una joven, tal como muchos otros, lo aguardan para pedirle una selfie.

Todos coinciden en que él es Michael, y esa misma admiración que despierta en las personas es lo que hace que todos se frenen a verlo, aglomerando a gente de todas las edades y hasta obligando a efectivos de la policía a vigilar por la seguridad de esa gran cantidad de público.michael-jackson3

Finalmente, Jhon Palacios se refiere al arte callejero en Rosario, asegurando que aquí ha tenido una aceptación bastante grande y que encuentra diferencias con otros lugares como por ejemplo Lima, donde hay una zona de peatonal similar llamada el Jirón de la Unión en la que “lamentablemente no hay permisos para los artistas callejeros” y “en cierta forma se les prohibe actuar”; desde él hasta los que hacen estatua o los que tocan la guitarra.

Pero el haber venido a Rosario y el éxito que ha tenido no son el único deseo de este artista. “Mi idea no es quedarme solamente acá, quiero viajar a otras ciudades, a Buenos Aires, la Capital, que otro público también me conozca, que conozcan mi trabajo y el empeño que le pongo para mi show”, aseguró.

Por el momento, todavía se lo puede disfrutar lanzando los gritos de Michael, tirando ‘moonwalks’, patadas y hasta ayudando a algún fan a hacer el truco de los 180º bajo la música de Smooth Criminal, Billie Jean, Beat It, Thriller y todos los grandes temas del histórico Rey del Pop, que mientras descansa en la gloria, en Rosario obtiene un merecido homenaje.