por Florencia Vizzi

Quizá lo más destacado durante la jornada de reanudación del juicio a los acusados de formar parte de la banda Los Monos hayan sido las ausencias. En una jornada casi laxa, en la cual sus protagonistas se mostraron relajados y sonrientes, sólo dos de los 12 testigos citados se presentaron a declarar, el director comercial de una agencia de turismo contratada por “Guille” Cantero para viajar a Natal en familia y un policía de Asuntos Internos, convocado por la defensa de Gustavo Pereyra. Sobre el final de la audiencia, Ramón Ezequiel Machuca volvió a pedir la palabra y advirtió que no están dispuestos a “dejarse verduguear como el gobierno quiere provincial quiere”. Ayer fue el último día del debate sobre la asociación ilícita y a partir de este miércoles comienzan a juzgarse los cinco homicidios que pesan sobre la banda. En primer lugar se tratará el crimen de Lourdes Cantero y luego se continuará con los de Diego Demarre, Nahuel y Norma César y Marcelo Alomar.

Vacaciones cariocas para gente de todo tipo

Silvio S. es el director comercial de una conocida agencia de viajes que tiene oficinas en todo el país y también en Rosario. Fue citado por la Fiscalía para hablar sobre un viaje a Natal, al norte de Brasil, que habrían hecho Ariel Máximo Cantero junto a su mujer, dos menores y otra pareja,en mayo de 2013.

El testimonio, orientado a demostrar el nivel de vida de los Cantero, dio cuenta de un viaje cuyo costo rondó los 52.000 pesos y fue pagado en parte por el “Guille”.

El relato del testigo tuvo sabor a poco y la defensa lo usó a su favor en su ronda de preguntas, demostrando que Brasil es un destino muy común para los argentinos de todos los niveles sociales. “Es un viaje normal, detalló el testigo, uno de los destinos más buscados por los argentinos. Va gente de todo tipo”.


Asuntos internos

Por su parte, el breve testimonio de Roberto G., delegado de Asuntos Internos dio cuenta de la confiabilidad de Gustavo “Gula” Pereyra, acusado de pasar información a la banda. El testigo relató su participación en un operativo en un búnker ubicado en Pueyrredon al 2700, al cual lo guió Pereyra, señalado en ese momento como hombre de confianza de la secretaría de Delitos Complejos a cargo de, según sus palabras, Ana Viglione.

Ausentes con y sin aviso

Otros diez testigos deberían haber declarado ayer, sin embargo, no se presentaron. Algunos se excusaron formalmente y otros “no pudieron ser encontrados”, según detalló el secretario del Tribunal.

El jugador de fútbol Ángel Correa, que milita en el Atlético Madrid, manifestó que por su trabajo le es imposible viajar a la Argentina, pero ofreció dar su testimonio por videoconferencia, lo cual está siendo evaluado técnicamente a fin de concretarse.

Por su parte, Diego Romero, un electricista que, en la indagatoria ante el juez Juan Carlos Vienna, había declarado que los Cantero tenían una organización criminal y que quisieron obligarlo a trabajar para él, cuando fue contactado por la Secretaría dijo que presentarse a declarar “es un peligro”. “Me voy a tomar un colectivo y me voy a ir de la provincia y que me vengan a buscar con la fuerza pública”, leyó el secretario. Su testimonio no fue desistido, así que el presidente del Tribunal, Ismael Manfrín, ordenó el uso de la fuerza pública para llevarlo a declarar.

Tampoco se presentó un ex integrante de la Brigada Operativa de Judiciales, que dijo que “no hay garantías” para dar su testimonio y que su hijo fue víctima de apremios ilegales en la comisaría 15°. “Debo velar por la seguridad de mi familia”, señaló a través de una carta.

Otro de los ausentes fue el periodista Horacio Verbistky, quien manifestó que por cuestiones laborales le es imposible presentarse y que todo lo que él sabe ya fue publicado en sus notas y no tiene más para aportar.

En tanto, las otras ausencias que irritaron a los abogados de la defensa fueron Mercedes Paz, Belinda Paz y Ana María Ferrari. Las hijas y la ex mujer de Luis Paz deberán ser buscadas también por la fuerza pública y se notificará a Migraciones.

“No nos vamos a dejar verduguear”

Ramón Ezequiel Machuca volvió a pedir la palabra, por cuarta vez desde que comenzó el juicio.

“Quería aclarar algunos temas que venimos sufriendo. Ayer hubo una requisa en Coronda y nos tuvieron engomados desde las 6 de la tarde hasta las 11.30 de la noche. Nos sacaron porque en el pasillo lo vi a Cococcioni (Pablo, director del Servicio Penitenciario) y le grité que si no nos sacaban para que nos bañemos y comamos no íbamos a venir hoy al juicio”.

“Nos cortaron el agua y la luz, con el calor que hacía ayer. Y no nos querían abrir y le tuve que gritar al director para poder bañarnos y comer, y para poder estar óptimos para estar acá, prosiguió Monchi. “Hoy nos trajeron a mí y a Cantero trajeron esposados sin movimiento. Yo soy más chiquito y me puedo mover, pero a él le lastimaron toda la muñeca, lo pueden ver”, señaló.

“Después salen a hablar los políticos y dicen que nosotros no queremos estar presentes en la audiencia. Nosotros nos oponemos a estar en el juicio, queremos estar acá porque se trata de nuestra libertad y es importante para nosotros, pero tampoco nos vamos a dejar verduguear como el poder político quiere”, finalizó Machuca antes de volver a su lugar.

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