Por Franco Albornoz

Aunque el ritmo de vida haya cambiado, la tecnología avance a pasos agigantados, y ya no se escuche el “¡extra, extra!” de los primeros vendedores, los puestos de diarios se resisten a desaparecer de las calles, y hoy Rosario cuenta con cerca 300 kioscos repartidos a lo largo y a lo ancho de la ciudad.

Un dato clave para entender la crisis del rubro radica en la pérdida de lectores de los diarios impresos.

Según datos del Instituto Verificador de Circulaciones (IVC), si se toma como referencia el diario Clarín, la circulación de periódicos comprados a través de suscripción o quioscos de diarios de los domingos en octubre de 2016, fue de 468,726 ejemplares, mientras que la de julio del año pasado contó con 482,066 unidades distribuidas. Lo que deja un saldo de más de 10 mil clientes menos en 4 meses.

En contraposición, la Encuesta Nacional de Consumo y Prácticas Culturales Adolescentes, realizada por la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (Adira) sobre un total de 1.800 adolescentes, reveló que el 75% de los entrevistados se informa a través de la computadora o el celular. Y la mayoría de ellos lo hace por medio de dispositivos móviles, como una práctica secundaria de su monitoreo de las redes sociales.

Si alguien puede dar cuenta de las transformaciones que sufrió el oficio del canillita en la ciudad con el paso del tiempo es Nelson Radicic Garbin, quien hace más de 41 años atiende el puesto de diarios de Córdoba y España, y además es Pro Secretario General del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de Rosario (Sivendia).

“El avance tecnológico en los últimos diez años con internet y diarios digitales complicó la situación. Cuando hay efectos económicos que tiran para abajo el bolsillo de la gente los primeros que sentimos la baja en las ventas somos los vendedores de diarios”, comentó Garbin en diálogo con Conclusión.

El dirigente gremial, que reparte su tiempo entre la militancia y su oficio de canillita, admitió que en los últimos años “cerraron alrededor de 20 puestos”, al tiempo que aseguró que, “a pesar de los obstáculos siempre hacemos equilibrio para continuar. Tratamos de que todos puedan continuar con su fuente de trabajo”.

En este sentido, aceptó que es necesaria “una reconversión del rubro, para poder adaptarnos al contexto, y también ofrecer alternativas de ventas”.

Asimismo, resaltó que una de las ideas es “poder comercializar a través del uso de tarjeta de crédito o débito”, aunque tampoco descartó “repartir paquetería chica, o todo lo que sea útil para sacar adelante el rubro”, que en la actualidad se “mantiene casi en su totalidad por la venta de revistas”.

Además, destacó que los cambios culturales y sociales, no son las únicas dificultades con las que tienen que convivir, ya que existe “una lucha de larga data en relación al recargo al interior. Vendemos productos, como todo lo que depende de Clarín y de Nación, en los cuáles no nos dan el porcentaje como vendedores, que sí existe en otros diarios”, indicó Garbin.

“En el año 2014 salió una disposición en la cual los editores tenían que darnos el porcentaje sobre el recargo al interior. Pero por medio de una movida del multimedio, el juez fallo a favor que ese monto de recargo sea ganancia de los editores, y el vendedor no participe en nada. Estamos en una situación muy complicada”, concluyó.