El presidente de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Vía, cuestionó el proyecto impulsado por la gestión de Mauricio Macri para incorporar la boleta electrónica en las próximas elecciones, al advertir que la iniciativa no permite a los jueces «ejercer suficientes controles» de los comicios.

«El proyecto no nos permite a los jueces ejercer suficientes controles. Fíjese: ese proyecto establece que nosotros tendremos la facultad de controlar el hardware, es decir, las máquinas que comprará el Poder Ejecutivo; el software que usarán las máquinas y que comprará el Gobierno; el escrutinio de los votos, y la trazabilidad de la distribución de las urnas. Sin embargo, no sólo nosotros no diseñamos ese sistema -a diferencia de Brasil, donde la justicia desarrolla el software y las máquinas, para evitar trampas-, sino que no nos dan los recursos necesarios para hacerlo», advirtió Dalla Vía.

El magistrado advirtió que así los jueces estarían «trabajando a ciegas» y agregó: «nosotros, los jueces, no podemos privatizar la soberanía popular y rendirnos frente a una urna electrónica».

En declaraciones a un matutino porteño, Dalla Vía consideró «positiva» la intención del Gobierno de modificar el proyecto que se trata en la Cámara de Diputados para que la Cámara Nacional Electoral pase a estar a cargo del escrutinio provisorio, pero evaluó que eso «no alcanza».

«Sí, esa modificación es positiva, pero no alcanza. Tenemos que poder auditar todos los pasos de la elección, para seguridad de la población. La Argentina tiene una tradición de control judicial y no debemos desaprovechar esa experiencia», remarcó.

Según evaluó, para cubrir todo el país se necesitarían, de acuerdo al proyecto oficial, «unas 100.000» urnas electrónicas, es decir «tantas como mesas hay en el país».

«Nosotros, para poder auditar todo el sistema, necesitamos que la futura ley nos asigne un presupuesto propio y que esas partidas estén garantizadas en el presupuesto nacional y no dependa de la voluntad del titular de Hacienda. Necesitamos contratar ingenieros y personal que audite las urnas, y un técnico y un fiscal por cada establecimiento de votación, para seguir la distribución de las urnas y solucionar cualquier problema que surja», dijo.

El juez explicó: «Actualmente, por ejemplo, el Renaper toma fotos y huellas y nos pasa esa información para que hagamos los padrones y nosotros debemos confiar en su veracidad, porque no tenemos forma de chequearla. Ahora ¿nos va a pasar lo mismo con la urna electrónica?».

Además, advirtió que «en la mayor parte del mundo se sigue votando con papel», si bien señaló que la Cámara «siempre sostuvo que hay que dejar de lado la lista sábana y pasar a una boleta única, de papel o electrónica«.

«El problema no está en el sistema, sino en asignarle a esa BUE un efecto mágico, ilusorio y de transparencia, que no lo tiene. El escrutinio será más rápido, pero no más transparente«.