Por Guido Brunet

Veneran a un dios humano, su templo puede ser un lugar cualquiera donde trasladan su altar, cuentan con apóstoles y tienen mandamientos y oraciones propios, no piden ni diezmo ni ningún tipo de donación, celebran la Navidad y la Pascua, solo que en fechas diferentes que las del resto de las personas. Y su divinidad se escribe así: D10S.

Se trata de la Iglesia Maradoniana, un grupo de rosarinos que adoran al astro argentino por sobre todas las cosas, y que en dieciocho años captó a casi 70 mil fieles en más de 60 países. Semanas atrás la Iglesia realizó una nueva reunión de la que participó Conclusión, donde un visitante de un país lejano, tanto como Ucrania, tuvo su bautismo en la comunidad.

El altar se erige sobre un edificio céntrico de Rosario que años atrás supo ser un templo, y decenas de personas con túnicas con el número 10 en la espalda se aprestan a comenzar el rito. Se reunieron para celebrar las Pascuas Maradonianas, una festividad que conmemora aquellos históricos dos goles que Maradona le acertó a los ingleses el 22 de junio de 1986.

El sacerdote lleva entre sus manos un balón como si fuera una hostia. En el frente del templo se despliega una bandera argentina con un botín en lugar de cruz. Más adelante, sobre el altar se encuentran diferentes objetos como revistas, tarjetas y afiches alusivos al deportista argentino, que ofician a modo de ofrendas.

Luego del bautismo, el nuevo miembro adopta como segundo nombre Diego. Y se compromete a cumplir los mandamientos del credo, entre ellos amar a Diego y al buen fútbol por sobre todas las cosas. Formar parte de la religión implica también una responsabilidad, ya que si no se tiene una vida «digna» muchos creyentes dicen que «Maradona te va a mandar a la B». En cambio, si se respetan los preceptos del culto «Él te va ayudar a ganar la intercontinental cada año».

 

Los milagros maradonianos

El primer milagro Maradona lo hizo con sus propias manos. Corría el minuto seis del segundo tiempo y el capitán argentino tomó el balón fuera del área y con la pierna izquierda se lo pasó a Jorge Valdano, la pelota fue interceptada y lanzada hacia el cielo. Ya dentro del área y con la pelota cayendo, Diego sorprendió al arquero inglés Peter Shilton (que lo superaba en veinte centímetros) ganándole en lo alto y empujando el balón con el puño izquierdo. Un gol marcado “un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”, según reconoció el propio Maradona tras el partido en el que nacía «La mano de Dios».

El segundo milagro fue para muchos el más maravilloso que se haya producido dentro de una cancha de fútbol. Maradona recibe la pelota de Enrique dentro del campo de Argentina. Era una jugada más como tantas otras, sin embargo Diego la transformó en un hito del fútbol mundial. Como si algo o alguien lo iluminara Maradona empezó a correr desde allí y no pararía hasta llegar al arco rival sin nunca soltar el balón. En ese instante el chico nacido en Fiorito se aprestaba a entrar en la historia. Tras acercarse al área chica inglesa, y cuando todos pensaban que iba a rematar de inmediato al arco, Maradona se enfrentó a Peter Shilton y en el momento que el arquero salió a cortar su avance, Diego lo eludió y definió con el arco libre, ya todos habían quedado atrás.

En ese instante definitorio, Maradona recordó aquellas palabras de su hermano Lalo, quien luego de una jugada muy parecida en 1981 contra Escocia -sí, tuvo la lucidez de rememorar el consejo; y sí, ya había hilvanado una jugada similar- le recomendó que en lugar de rematar directamente, amagara y eludiera al arquero. Eso hizo. Engañó a Shilton y, con el arco a su disposición y casi cayéndose, mandó la pelota al fondo de la red.

El día posterior al partido, que significó la eliminación de Inglaterra, el diario británico Daily Express escribió que “la derrota no es ninguna vergüenza. Ningún equipo del mundo puede hacer nada contra un genio como Maradona”. Y el autor de aquella joya diría de su creación: “Es el gol soñado. Yo en Fiorito soñaba con algún día hacer un gol así en la canchita, con el Estrella Roja, y lo hice en un Mundial para mi país”, expresó Maradona sobre su obra maestra. Pero seguramente la mejor descripción del momento fue la del relator uruguayo Víctor Hugo Morales, quien pintó de esta forma el gol.

 

Los principios de una religión

A pesar del ilimitado fanatismo de sus seguidores, Maradona nunca imaginó que aquellos dos goles, la consagración de Argentina como campeona del mundo y sus tantos logros deportivos daría lugar a una religión. La Iglesia Maradoniana se creó en Rosario el 30 de octubre de 1998 cuando Hernán Amez y Héctor Capomar casi como una broma comenzaron a festejar el día del nacimiento del futbolista. Luego se sumó Alejandro Verón, y después varios admiradores más del crack argentino comenzaron a formar parte de los adeptos. Así se instituía la  Navidad Maradoniana. Estos rosarinos inventaron una nueva religión, la Iglesia Maradoniana, que con el tiempo fue sumando más y más fieles. Hoy la creencia cuenta los años desde el nacimiento de Maradona el 30 de octubre de 1960, por lo que actualmente estamos en el año 56 D.D. (Después de Diego).

A pesar de la genialidad del segundo gol de Maradona a los ingleses, desde la Iglesia Maradoniana ponderan siempre el primer gol porque lo hizo con “La mano de Dios”. “Fue una picardía, nadie lo vio, engañó a todo el mundo”, destacan desde la Iglesia.

Alejandro Verón, uno de los fundadores de la Iglesia Maradoniana habló con Conclusión sobre este fenómeno, que dice “nos superó”. “Siempre se suma gente. Hay gente de todos los equipos. Si no sería una peña de un equipo. Pero hay gente de diferentes equipos. Cuando empezamos a dar carnets llegamos a tener censadas 55 mil personas de todo el mundo. Después nos superó”, cuenta Alejandro sobre los comienzos de lo que para algunos era y sigue siendo una locura.

La religión trascendió las fronteras y Verón recuerda los diferentes países donde se realizó la misa. “Hubo navidades maradonianas que las hicimos en cinco lugares del mundo simultáneamente. Una vez lo hicimos en Nápoles. Había 700 napolitanos y fue una locura”.

En los dieciocho años desde que fue creada la Iglesia, se sucedieron historias increíbles e insólitas, como que tiene como protagonistas a las dos parejas mexicanas que celebraron un 29 de octubre su casamiento en Rosario o el matrimonio que decidió casarse en Nápoles por medio de la Iglesia Maradoniana dentro de una cancha de fútbol.

Alejandro relata algunos de estos hechos inverosímiles como los que involucran a los hooligans escoceses y a Ronaldinho: “Nos encontramos una vez con la hinchada de la selección de Escocia, que tiene bordada la bandera argentina en las polleras y cada vez que ven a un inglés le hacen el gesto del gol con la mano, cosas que a uno nunca se lo hubiese imaginado”.

Otra situación poco habitual (como todo lo que rodea a la Iglesia Maradoniana) tiene que ver con Ronaldinho, el ex diez de la selección brasileña de fútbol, figura de Barcelona y campeón del mundo con su país en 2002. “Una mañana me suena el teléfono y me llamaron porque Ronaldinho quería una camiseta de la Iglesia Maradoniana y le corté porque pensé que era una broma. Después me llama el “Topo” López (periodista fallecido en un accidente de tránsito durante el mundial 2014), que era corresponsal del diario Sport de España y me dice que le tenía que hacer una nota a Ronaldinho, pero que él le dijo que ‘había unos locos en Argentina que hicieron una Iglesia de Maradona’ y que quería nuestra camiseta. Le dieron mi teléfono, le mandamos la camiseta y después nos mandaron la foto del Ronaldinho con la casaca de la Iglesia”.

Ante las críticas que los acusan de apóstatas o fundamentalistas y extremistas, Verón describe el sentimiento por Maradona muy simplemente: “Es amor en estado puro, es desinteresado, no pedimos nada a cambio, es un homenaje en vida, y estamos devolviéndole un poco de todo los que nos dio dentro de una cancha de fútbol”.

En la actualidad, las misas y encuentros son cada vez más esporádicas, Alejandro comenta que “ahora nos reunimos una o dos veces por mes. No es como la misa de todos los domingos, pero nos juntamos a comer un asado, a hacerle un homenaje al Diego. El 22 de junio por supuesto que nos vamos a juntar a comer y a jugar al fútbol”, tal vez la mejor forma de rendirle tributo a Maradona.

La Iglesia varias veces tuvo contacto con su Dios, o sus representantes, Dalma y Giannina. En una oportunidad durante una reunión hablaron telefónicamente con Maradona, desde algún lugar del universo. En otra oportunidad Diego, envió una carta que reza: “Estoy muy emocionado de que haya tanta gente que me quiera y me aprecie, muchas gracias manada de locos”.

Mandamientos y oraciones

Como otras religiones, la Maradoniana tiene sus propios dogmas, principios que guían las vidas de sus seguidores. El primer mandamiento remite a una famosa frase que quedó en la memoria de todos los fanáticos del fútbol: “La pelota no se mancha”. Pero también se pide “amar al fútbol por sobre todas las cosas” y “no proclamar a Diego en nombre de un único club”.

  1. La pelota no se mancha, como dijo D10S en su homenaje.
  2. Amar al fútbol por sobre todas las cosas.
  3. Declarar tu amor incondicional por Diego y el buen fútbol.
  4. Defender la camiseta Argentina, respetando a la gente.
  5. Difundir los milagros de Diego en todo el universo.
  6. Honrar los templos donde predicó y sus mantos sagrados.
  7. No proclamar a Diego en nombre de un único club.
  8. Predicar los principios de la Iglesia Maradoniana.
  9. Llevar Diego como segundo nombre y ponérselo a tu hijo.
  10. No ser cabeza de termo y que no se te escape la tortuga.

 

Además, los devotos de la Iglesia Maradoniana han creado oraciones, rezos y cantos propios para pedir y agradecer a su Dios. 

Diego Nuestro

Diego nuestro que estás en las canchas. Santificada sea a tu zurda, venga a nosotros tu magia. Háganse tus goles recordar en la Tierra como en el Cielo. Danos hoy la magia de cada día, perdona a los ingleses, como nosotros perdonamos la mafia napolitana, no nos dejes caer en off-side y líbranos de Havelange y Pelé. Diego.

D10S te Salve

Dios te salve pelota. Llena eres de magia, El Diego es contigo. Bendita tú eres entre todas las demás y bendito es Diego que no te deja manchar. Santa redonda, madre del fútbol, ruega por nosotros los jugadores ahora y en la hora de nuestro encuentro… Diego.

Creo en Diego

Creo en Diego. Futbolista todopoderoso, creador de magia y de pasión. Creo en Pelusa, nuestro D10S, nuestro Señor. Que fue concebido por obra y gracia de Tota y Don Diego. Nació en Villa Fiorito, Padeció bajo el poder de Havelange, Fue crucificado, muerto y mal tratado. Suspendido de las canchas. Le cortaron las piernas. Pero él volvió y resucitó su hechizo. Estará dentro de nuestros corazones, por siempre y en la eternidad. Creo en el espíritu futbolero, la santa Iglesia Maradoniana, el gol a los ingleses, la zurda mágica, la eterna gambeta endiablada, y en un Diego eterno. Diego.

Está visto que el fanatismo que despierta la figura de Maradona no tiene límites. Tal vez todo haya comenzado aquel 22 de junio de 1986. Es que en ese partido se resume todo lo que fue y es Diego Armando Maradona, las luces y las sombras, el talento y el vicio, la magia y la mentira. Como dice Alejandro Verón, se trata de un amor absoluto, incondicional, que no pide ni exige nada a cambio, que no espera nada. Este credo pagano simplemente intenta rendirle homenaje en vida a su ídolo máximo y agradecerle por todo lo que les dio. Ellos adoran a un hombre de carne y hueso, tan defectuoso como cualquiera, pero el responsable de hacerles sentir la mayor felicidad deportiva de sus vidas.