La Comisión Europea advirtió este jueves que «no dudará» en sancionar a los países que rechacen acoger a refugiados procedentes de Italia y Grecia, urgiéndolos a su vez a expulsar de manera más sistemática a migrantes irregulares, que cifró en «más de un millón».

«Nuestro deber es poder afirmar claramente a los migrantes, a nuestros socios en terceros países y a nuestros conciudadanos que si hay personas que necesitan ayuda, las ayudaremos, pero si no, deben regresar», dijo el vicepresidente del ejecutivo comunitario, Frans Timmermans.

En septiembre de 2015, la Unión Europea se comprometió a reubicar en otros países del bloque y en el plazo de dos años a unos 160.000 solicitantes de asilo presentes en Italia y Grecia, en primera línea de la reciente crisis migratoria pero, desde entonces, sólo se han trasladado 13.500 en total.

Este plan, reservado a los migrantes con más posibilidades de obtener un estatuto de refugiado en la UE, buscaba mostrar la solidaridad europea con los migrantes que huyen de la guerra y reducir a su vez la presión en Italia y Grecia.

Los objetivos de este plan se redujeron de hecho considerablemente, ya que unos 54.000 de estos traslados deberán realizarse desde Turquía, en el marco del acuerdo migratorio cerrado en marzo de 2016 con Ankara.

Este mismo acuerdo hizo que las llegadas de migrantes a Grecia, unas 10.000 diarias en octubre de 2015, se redujeran a unas 43 por día actualmente, según el ejecutivo comunitario. Por otro lado, el número de personas, que podrían aspirar a una reubicación en otro país de la UE, son actualmente unas 20.000 en Grecia y más de 5.000 en Italia.

Bruselas presentó además este jueves un «plan de acción» para devolver de manera más sistemática los migrantes irregulares. Más de 53.000 recibieron una orden de expulsión en 2015 en la UE, pero sólo se aplicaron 36,4% de estas decisiones, lamentó la Comisión.

El ejecutivo comunitario considera que los países del bloque podría «tener más de un millón de personas a devolver» a sus países, entre los migrantes llegados estos dos últimos años y cuyas solicitudes de asilo fueron rechazadas.

Y urge también a acelerar las expulsiones, con la «pronta conclusión» de acuerdos de devolución con Nigeria o Túnez, y a ingresar en un centro de internamiento a quienes se les haya comunicado su expulsión, si existe «riesgo de fuga».